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- 19/06/2018 02:02
Pinchazos, Odebrecht y Varela
El 21 de marzo de 2010, mi diligente secretaria me indicó que de Panamá me llamaba el procurador Bonissi. Al día siguiente enfrentaría la primera audiencia temática que, como embajador de Panamá en la OEA, atendería. Era sobre el estado de la justicia en Panamá: los peticionarios los abogados Miguel Antonio Bernal y Magaly Castillo. Como si fuera la gran cosa, el procurador interino me quería dar las preguntas que el director de El Panamá América, Guido Rodríguez, quería que un colega de la agencia EFE hiciera en la audiencia. ¿Cómo las había obtenido? Le tenían interceptado el correo a Guido. Al preguntarle a Bonissi que si sabía que meterse en el correo electrónico de cualquier persona sin justificación legal era un delito, se limitó a contestarme que se lo había mandado 'Ricardito', refiriéndose al presidente. De inmediato, de vuelta a mi oficina, llamé a Guido: ‘Ten cuidado, te están pinchando'. Si esa nimiedad era objeto de interceptación, imagino todo lo espiado desde Palacio.
El miércoles 13 de junio tuve la oportunidad de ver un correo electrónico, de esos que deben aparecer en expediente de pinchazos, donde Juan Carlos Varela, con correo jcvarela@varelahermanos.com, recibía copia de lo que se distribuía en la Presidencia y que incluía a otros funcionarios. Así lo denuncié en Twitter y redes sociales. Consideré mi deber hacerlo.
No era el primero que denunciaba que el hoy presidente Varela conocía de la trama de los pinchazos. Era lógico pensar que, estando 26 meses en el Gobierno, bastante supiera de lo que hacían. Lo hizo también el doctor Mauro Zuñiga en 2015, e igualmente mi exalumna Ana Matilde Gómez en junio de 2017, en cable emitido por la agencia española EFE y que este diario intituló: ‘Exfiscal panameña implica a Varela en las escuchas ilegales de Martinelli'. La exprocuradora dijo que ‘Varela le llamó para asegurarse de que había recibido una orden de Martinelli para que una funcionaria de la Fiscalía trabajara en la sala donde se realizaban las supuestas escuchas ilegales' ‘Yo estoy segura de que el presidente Varela —continua Gómez— en ese periodo que él compartió con el señor Martinelli, tenía que saber esa forma (de hacer las cosas)', según lo dicho a TVN Noticias.
Por supuesto que Varela negó lo señalado por mí el miércoles pasado; ¿qué más iba a hacer? Lo hizo en entrevista con Edwin Cabrera desde Rusia, a través de Radio Panamá. Es la costumbre del presidente: negar, negar, negar. Igual hizo cuando su expartidario y exministro asesor, Ramón Fonseca Mora, lo acusó de recibir apoyos de Odebrecht, so pena de que le cayera un rayo si no era cierto. El presidente, al igual que ahora, lo negó tres veces, como Pedro negó a Jesús antes de que cantara el gallo.
Semanas después, quien era tesorero del partido Panameñista, Carlos Duboy, aceptó que Odebrecht había dado dos aportes de 50 mil dólares y otro por 100 mil. Habían quedado tan desplatados, según dijo, que acudieron a los ‘amigos' para que los ayudarán a tapar huecos de campaña interna de 2012. En informe de la DIJ de la Policía en febrero de 2017, apareció que el exembajador de Panamá en Corea, Jaime Lasso, colaborador estrecho de la campaña de Varela, había recibido (a través de dos compañías, algo ilegal) más de 10 millones de dólares de Odebrecht. Esta vez Varela, ante la contundencia de lo descubierto y no pudiendo negar lo recibido, dijo que no eran coimas, sino ‘donaciones', repito que ilegales, por haber sido ocultadas a través de offshores .
La historia de los pinchazos, al igual que la de Odebrecht, tiene similitudes: todo lo malo se hizo durante el Gobierno de Martinelli. Los pinchazos: solo fue Martinelli. Odebrecht, solo recibieron coimas los hijos de Martinelli, los ministros de Martinelli. Nadie menciona que Odebrecht comenzó con Cinta Costera I, llamada ‘cinta coimera', durante Martín Torrijos. Nadie cuestiona que Duboy, como ministro de Vivienda, hizo el proyecto Curundú con Odebrecht. No hemos visto un día en la cárcel a ninguno de ellos ni tampoco que siquiera se les menciona, mientras Odebrecht y empresas como MECO siguen recibiendo contratos y múltiples adendas. Ya nadie habla del diputado panameñista Rosas que recibió más de 2 millones en efectivo de Odebrecht.
El caso de los pinchazos, que hoy tanta atención recibe, es otra cortina de humo para ocultar la permanente hipocresía de los actuales gobernantes. Se siguen pintando como los grandes transparentes, cuando siguen escondiéndose detrás del poder para ocultar todas sus fechorías, haciendo ver que son otros, también villanos, los que la cometen. Queremos justicia SÍ; pero que se aplique a TODOS los malandros.
ABOGADO, POLÍTICO Y DIPLOMÁTICO.