• 08/01/2012 01:00

¿Habrá vida en otros mundos?

N. os cuentan las crónicas de los conquistadores castellanos a inicios del siglo XVI, que en la actual Centroamérica vivió un cacique i...

os cuentan las crónicas de los conquistadores castellanos a inicios del siglo XVI, que en la actual Centroamérica vivió un cacique indígena llamado Nicarao y este cacique les preguntó: ¿Cómo se mueve el Sol , la Luna y las estrellas?; ¿cómo se mantienen colgadas en el cielo y que tan lejos están de nosotros?

La curiosidad de los seres humanos no tiene límite y las preguntas que nos hacemos no tiene que ver ni con el tiempo, ni con la cultura: la interrogante sigue siendo la mismas ¿Qué es nuestro universo y de dónde provenimos?

Casualmente para el año 1600, Giordano Bruno fue quemado a la hoguera, la razón : el haber publicado la obra ‘Sobre el universo infinito y sus mundos’ en el ensayo número 6, expone que en el cosmos debe existir otros mundos habitados, con seres parecidos a nosotros, por que sería indigno de la omnipotencia y bondad de Dios crear un solo mundo cuando con tanto espacio pudo crear muchos otros, en el espacio infinito’.

Tal sustentación le causó la muerte, e igualmente a todo aquel que sin autorización de la Iglesia se atreviera a pensar en un cosmos real y no literario.

Hoy en día la investigación y la curiosidad es atacada convirtiendo a quien pregunta, en un orate o un paria. Pero la cuestión ha seguido ahí: ¿es posible la existencia de otros mundos y formas de vida en el universo?

La respuesta apareció a mediados del siglo XX, cuando se descubrió que existían en el lecho marino, bajo más de 40 atmósferas, y aún dentro de volcanes activos, organismos que no utilizaban el método de ‘círculo de la vida’ de la mayoría de las especies terrestres, ya que podía subsistir sin oxígeno y prosperar en altas o bajísimas temperaturas y con estructuras orgánicas diferentes, en donde inclusive, algunas especies no tenían ojos en esos abismos, sino sensores luminosos.

La posibilidad de vida en escenarios extremos, de poca luz, de poco hidrógeno, de gran cantidad de metano, de cero oxígeno y cero agua es real, por lo tanto el desarrollo de la vida no se tiene que dar en las mismas condiciones que en nuestro planeta. El desarrollo de cualquier forma de vida es independiente en nuestra atmósfera y forma de sobrevivir. Pretender que se realice bajo nuestras condiciones es un a soberana soberbia.

La pregunta es: si ¿la inteligencia y la razón son también posibles en otros mundos?

Según la ‘ecuación de Drake’ pueden existir al menos un millón de civilizaciones inteligentes solo en nuestra Galaxia.

Carl Sagan, astrónomo y divulgador científico incluyó en las sondas ‘Pioneer’, mensajes de saludos, en todos los idiomas de la Tierra incluso el sumerio, la lengua más antigua. La sonda fue enviada por la NASA con la convicción que existe vida inteligente en el cosmos.

Por otra parte, la ‘Paradoja de Fermi’, del físico italiano Enrico Fermi, nos propone que sencillamente no hemos logrado descubrir inteligencia de otros mundos porque nuestra búsqueda está mal orientada; nuestras observaciones son incompletas, o no reconoceríamos un artefacto de otro mundo porque la tecnología es distinta y porque tan solo conocemos nuestra propia civilización, por lo tanto nosotros no sabemos ni qué buscar.

Por último, concuerdo en que no se puede encontrar algo que no conocemos o distinguimos; por lo que nos queda descifrar a través de las matemáticas, las emisiones de ondas de radio provenientes del espacio exterior, utilizando el radio telescopio destacado en Arecibo y el programa SETI. Deben existir civilizaciones a un mismo nivel o mayormente desarrolladas que la nuestra.

El manejo de las fuentes de energía como hidrógeno, metano o agua pesada puede hacer posible viajes interestelares, ya que con el combustible fósil que utilizamos, no encontraríamos gasolineras en el sistema solar. Viajar en el espacio requiere verdadero conocimiento y energía.

Nuestra tecnología dificulta conocer otros mundos, es como tratar de cruzar el Océano Atlántico con chapaletas; nosotros no conocemos los misterios del universo ni las magnitudes físicas ‘in flesh’, por lo tanto se nos hace difícil constatar la existencia de otras civilizaciones, ergo, llegamos a la conclusión según los creacionistas, que estamos totalmente solos en el universo. Nuestra ignorancia no tiene límites.

El otro punto es que debemos considerar que la razón y la inteligencia son un producto especial del universo, por lo tanto se requiere una ética igualmente especial, que valore la vida de todas las personas y criaturas, como algo sagrado.

Leí no hace mucho que en un pueblo de otro país, un joven cegó a un familiar por que quería el control remoto de la tv solo para él.

Camaradas míos, en una condición de tanto egoísmo, de ignorancia, de manipulación, del ansía de dinero y de la falta de ética, ¿como podríamos acceder a otros conocimientos si lo más probable es que lo utilizaríamos para el mal?

Ejemplo concreto: el descubrimiento de la energía atómica, de inmediato se construyó la bomba atómica y se lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki.

La responsabilidad ética va por delante de cualquier atisbo de otra inteligencia, ¿porque si nos discriminamos, si preferimos utilizar combustible fósil para beneficiar a un grupito económico, si bombardeamos países por sus fuentes de energía, si peleamos entre nosotros y si no nos entendemos nosotros mismos, como entenderíamos al cosmos?

Me mantengo con el cacique Nicarao, la curiosidad sana, por supuesto de saber de dónde venimos y hacia a dónde va nuestra humanidad y si algún día en esa infinitud de mundos que mencionó Giordano Bruno, se dirijan a nuestro mundo.

Esperemos que no lo encuentren devastado, destruido, inexistente, gracias a la contaminación o al invierno nuclear.

DOCENTE

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