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- 09/07/2023 00:00
Visión País para el Siglo 21
No es usual que, en medio de una cancha de golf, se te acerquen para presentarte a un escritor, que, de paso, te regala un libro. Eso ocurrió hace un par de semanas, cuando el profesor de la Universidad de Akron, Andrew Thomas, me entregó una copia de su libro “The Canal of Panama and Globalization -Growth and Challenges in the 21st Century”. Y, aunque la lectura es uno de mis pasatiempos favoritos, reconozco que esto me agarró fuera de base. No fue sino hasta que abrí el libro en mi casa y comencé a leer que me cayó el real, y recordé que el día anterior precisamente había conversado con la canciller Janaina Tewaney Mencomo sobre su proyecto de visión para Panamá, en el que ambos coincidimos inicia y termina con la comprensión estratégica de nuestra posición geográfica.
Publicado el año pasado, el libro de Thomas es una reiteración histórica de la ruta transístmica desde los tiempos de las Colonias y resume además una serie de consideraciones geopolíticas que abren el compás para examinar el grado de aprovechamiento que ha tenido esa posición geográfica con respecto al Canal, puertos, aeropuertos y todo lo que implica actualmente nuestro centro logístico.
A pesar de que la Autoridad del Canal está bien administrada y lejos de la politiquería, pienso que, como país, nos ha faltado visión para explotar todas nuestras ventajas competitivas en su máxima capacidad. Tenemos instituciones, como la Autoridad Marítima, Aeronáutica Civil, MiAmbiente, Idaan y Turismo, por mencionar algunas, que no solo están mal manejadas y politizadas, sino que en estos momentos ni siquiera pudieran ser parte de una estrategia de país. Observen lo desalentador en lo que se han convertido los puertos, donde cada día son más frecuentes los cierres y llamados a huelgas por sindicatos rojos, causando pérdidas económicas millonarias y una pésima imagen al sector logístico, todo frente a la mirada cómplice de los ministerios correspondientes.
Y el Canal no lo es todo. Además de puertos eficientes, se necesita mucha agua para aprovechar esa posición geográfica. Hasta ahora las inversiones multimillonarias se han hecho para ampliar el Canal y construir puertos, carreteras y líneas de trenes, pero casi nada en turismo y muchísimo menos con el agua y la cuenca hidrográfica. En ambos lados de la franja canalera, la deforestación es preocupante y sin precedentes. Y además el desorden con que crecen las ciudades de Panamá y Colón, abusando en el uso de las aguas del lago Gatún para consumo humano, actividades agropecuarias y ganadería de alta escala.
El mundo está cambiando más rápidamente y los patrones del comercio mundial y la volatilidad de los mercados globales impactan y afectan la viabilidad de nuestra posición geográfica. Vivimos tiempos en que nadie está inmune a los vaivenes que provocan los cambios y las transformaciones. El orden mundial necesita que los países se manejen con luces largas y proyecten una filosofía de integración y colaboración. Consecuentes con el lema “puente del mundo y corazón del universo”, estamos obligados a manejar estratégicamente todos los elementos que conforman nuestra visión de país.
Y en este sentido, lo primero es crear las condiciones para tener una cuenca hidrográfica que genere suficiente agua, no solo para subir y bajar barcos por el Canal durante los próximos 80 años, sino para producir y exportar agua durante los próximos mil. Ya no se puede pensar únicamente en el Canal y los puertos en función de utilidades y dividendos; es imprescindible planificar pormenorizadamente cada actividad de cara a la visión que necesitamos. Así, por ejemplo, se entendería fácilmente que el experimento de la mina de cobre encajaría únicamente en la visión de país, si se toman en consideración aspectos ambientales fundamentales, porque en estos momentos nadie sabe con certeza la magnitud del daño y mucho menos las consecuencias en la cuenca hidrográfica una vez el cobre se haya extraído y explotado de la forma en que ha sido planteado en el contrato con el Estado panameño. Con lo cual, es prioridad crear una Autoridad del Agua y una Autoridad de Minas, ambas a la misma altura institucional de la Autoridad del Canal, de manera que se pueda coordinar todos estos aspectos estratégicos de cara a una misma visión.
Del libro de Thomas se desprende una conclusión esencial: Panamá es mucho más que un canal. Y tiene razón la canciller cuando comparte su interés en elaborar este año una visión para el siglo 21, donde se aproveche nuestra posición geográfica en todo el contexto estratégico.
Ciertamente, lo ocurrido en la cancha de golf no fue una mera casualidad, así como tampoco la conversación en Cancillería. Es urgente que los panameños nos unamos y construyamos una visión que nos dé esperanza y progreso en el futuro.