¿Por quién votar?

Las elecciones generales de Panamá se desarrollarán el domingo 5 de mayo 2024. Cita importante con la democracia en la que debemos acudir a las urnas. Esto representa una oportunidad sobresaliente para enrumbar los destinos del país y elegir a las personas que consideremos las más idóneas y capaces para que nos representen en los distintos puestos de elección popular.

Con todo este panorama debemos hacer una evaluación de los aspirantes y votar a conciencia. Por tal razón, se debe otorgar ese poder a los hombres y mujeres que estén dispuestos a realizar un buen trabajo en aras de mejorar la calidad de vida de toda la población.

En este proceso electoral, nos vamos a encontrar con todo tipo de candidatos, que prometen todo tipo de soluciones con tal de llegar al poder. Condición que nos hacer tener una ciudadanía fuerte y activa frente a todo este tipo de festines ilusionistas. Es importante un electorado con conciencia sobre el futuro y no sobre el “¿qué me toca a mí?”.

Más allá de lo establecido en la Constitución, se necesitan políticos con cualidades personales y profesionales que les permitan ejercer un liderazgo efectivo con bases sólidas en la transparencia y la rendición de cuentas en la administración pública.

Otro punto que debemos tomar en cuenta es la trayectoria y logros que han tenido los candidatos. Vamos a elegir a las personas que ocuparán los cargos más importantes del país, y a su vez, las decisiones que tomen afectarán directa o indirectamente a las personas y su entorno.

Una parte esencial para escoger qué debemos tomar en cuenta de los candidatos es su equipo de trabajo, las personas que los rodean y la forma de hacer campaña. Debe quedar claro que la forma como ejecuten y lleven su campaña electoral, es la forma como administran sus puestos de trabajo.

Un elemento crucial y definitivo en todo este escenario es la capacidad de lograr consensos y unir visiones distintas. La administración política consiste en la buena manera de llegar a acuerdos, lo cual requiere de inteligencia emocional, prudencia y determinación. Eso lo debemos tomar en cuenta a la hora de la formalización de alianzas y ver los intereses que buscan los miembros de estas organizaciones.

Las futuras autoridades deben tener claro que gobernar significa escuchar y eso se traduce en escuchar a todas las voces. Los problemas como el alto costo de la canasta básica, el combate a la corrupción, la generación de empleos, los programas de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS) por mencionar algunos de los casos. Todos ellos merecen de la atención prioritaria de las autoridades y requieren del aporte de múltiples actores.

Requerimos que los candidatos en sus planes de gobierno nos digan cuáles son las respuestas a las múltiples demandas ciudadanas que exige la población y amplíen su explicación de cómo lo lograrán. Para que después cuando lleguen al poder, nos brinden una respuesta oportuna a las necesidades que requiere la sociedad.

A tan solo días de las elecciones primarias de los partidos políticos y meses para el proceso electoral general, es dificultoso recomendar a los electores por quién votar, es una decisión muy personal y un derecho y un deber de todos los ciudadanos. El voto es libre, universal, secreto y directo.

Sin embargo, nos urge realizar campañas cívicas que fomenten la promoción del voto, con la finalidad de estimular la participación ciudadana en los procesos electorales, así como fortalecer los valores, prácticas e instituciones de la democracia.

Para que la nación pueda fortalecer su sistema democrático, ella necesita ir de la mano con ciudadanos racionales y comprometidos que rompan con la apatía política. Si queremos que nuestra realidad cambie, necesitamos votantes conscientes que respalden liderazgos de personas con trayectoria de vida integra, exitosos en sus espacios profesionales, con capacidad comprobada, solidarios y apasionados por el servicio, con carácter, valores y principios, comprometidos con el bienestar social y el futuro de la nación.

En nuestras manos está el poder de hacer que las cosas cambien.