Panamá acaba de ser sede de la Semana del Clima, un evento en el que líderes ambientales de más de 190 países se reunieron para discutir estrategias y planes para combatir el cambio climático, impulsar energías renovables y proteger el medio ambiente. Panamá se presentó como un modelo a seguir, presumiendo su calificación de país carbono neutro y eso es positivo. También es saludable que haya una ciudadanía cada vez más consciente sobre los grandes problemas ambientales que enfrenta el mundo y desde esa perspectiva sus opiniones deben ser tomada en cuenta a la hora de decidir el futuro del país porque en una nación rica en recursos naturales debemos tener un balance entre la conservación y la explotación. En materia energética, los proyectos de interconexión con Sudamérica son positivos, pero tampoco podemos olvidar que muchas comunidades de nuestro país no cuentan con suministro eléctrico, o sufren fallas constantes en el servicio. Al presentar discursos en el escenario mundial, no olvidemos ser congruentes con nuestras políticas nacionales e impulsar un desarrollo que preserve la riqueza natural y una calidad de vida digna para todos los panameños. Construir un país que harmonice el desarrollo económica con la sostenibilidad socioambiental es el principal desafío.

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