Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
Hay momentos en la historia de la humanidad en que la propia sociedad entra en un círculo vicioso del que le es duro, muy duro, salir. Ocurrió en la Edad Media, donde reinó el oscurantismo. Se le define a esta época como la oposición a la “expansión del libre pensamiento, del avance científico en las direcciones que consideraran no convenientes. Se asocia oscurantismo a una época de hambre, represión, oscuridad, falta de libertad”. En los diversos países es justo lo que está pasando, pues, por un lado, los regímenes dictatoriales impiden el desarrollo de sus propios pueblos y los someten a sistemas que no dejan que fluya el libre pensamiento y, por el contrario, los conducen a la represión. Por el otro, un grupito de acomodados se hace con el poder de un país y, camuflando una democracia, desarrolla solo lo que le interesa y al 90 por ciento de la población la mantiene en el más absoluto abandono. Y esto es similar en toda América Latina. Pero hay que romper ese círculo vicioso; escapar hacia la verdadera libertad. La democracia en varios países de América Latina es solo un espejismo. La educación es clave para lograrlo, aun cuando en el camino los tropiezos sean grande. Y esto no es solo cuestión del Gobierno, sino de una determinación de la propia sociedad que tiene que empujar para materializarlo. ¡Así de simple!