El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 17/02/2015 01:00
A propósito de la fiesta
Hemos escuchado multitud de veces las quejas de la industria turística: que la academia no está formando a los profesionales que se necesitan ni cuando se necesitan; que el sector languidece con la mano de obra poco calificada y con poca gentileza. Pero esa no es la única verdad: a propósito de las fiestas del carnaval, es imperativo analizar qué mensaje enviamos y qué ‘producto’ vendemos. ¿Cuál es nuestro carnaval? En Portobelo los diablicos sucios dejan de salir porque no hay dinero y las necesidades obligan a las nuevas generaciones a migrar. Salvo el Festival de Congos y Diablos, allí ya no hay fiesta. ¿Qué pasará cuando la generación actual finalmente no pueda más? ¿Quién habrá de recibir la tradición y continuarla, en nombre de todos? El Gobierno nacional y, por supuesto, los locales, deben analizar la estrategia cultural del país y la manera en que ella incide en el turismo. Tal vez se necesiten quinientos mil dólares para sufragar un carnaval en la ciudad, que bien sirve de vitrina para las manifestaciones de estos tiempos, pero más importante aún es no olvidar la esencia del panameño y apostar por eso. Y no solo desde lo macro de un festival, sino también a través de intervenciones puntuales que ayuden a que la cultura no se quede como una aspiración en el papel y menos aún como una frase recién borrada.