También lo merecen

E n nuestra sociedad hay trabajadores que a través de los años han demostrado sacrificio en trabajos de alto riesgo. En esta calidad están los recogedores de basura que laboran en el Municipio capital o en empresas privadas que prestan este servicio. Estas personas a diario exponen su salud cobrando sumas irrisorias, por no decir de hambre. Cuando ingresan a la planilla comienzan devengando no más de 250 dólares y quince años de servicio no doblan esa suma. Todos queremos ver la cara linda de la ciudad, pero no reparamos que esto está en manos de estas personas que arriesgan sus vidas, porque trabajan muchas veces desprotegidos en un peligroso oficio. Los políticos, en sus campañas electorales, han prometido revisar la forma inhumana en que se trata a estos ciudadanos merecedores de mejor renumeración, pero pasa el tiempo y las cosas siguen igual. Ahora que debatimos el salario mínimo, es también el momento de compensar a estos panameños.