• 23/02/2018 01:00

Partidos inflados

Desafortunadamente el problema se agrava cuando en la cabeza de esos mismos colectivos

Hace unos años, a algún dirigente político se le ocurrió la genial idea de que su partido superara el medio millón de adherente, calculando que de esa manera el colectivo garantizaría una base mínima de votos en las elecciones, lo que haría más fácil un triunfo electoral. ¡Craso error! Hasta ahora, la masa electoral que empezó a poblar los diversos partidos no fue la intelectualidad ni personas con una visión de país; lo que se inscribió fue una muchedumbre ansiosa de que se le diera un puesto de trabajo en el futuro Gobierno. En pocas palabras, los partidos políticos, en especial los más grandes, son colectivos inflados, donde el grueso de su membresía solo quiere ganar para emplanillarse. Desafortunadamente el problema se agrava cuando en la cabeza de esos mismos colectivos, ya se han colado muchos ‘dirigentes' que son conocidos avivatos que solo buscan el poder para usufructuar los bienes del Estado. Si se analiza bien la situación, los partidos no debaten el país, no le hablan a la sociedad y no se sientan con el Gobierno para advertirles sobre los problemas del país. En su lugar, la dirigencia ha perfeccionado un lenguaje chabacano para atacar al Gobierno de turno, cuyo fin es ‘quítate tú, pa' ponerme yo'. Los partidos políticos hay que adecentarlos y depurarlos y la sociedad debe hacer sentir su peso moral sobre aquel partido electorero y el que realmente piensa la Patria. No hay tiempo para seguir en lo mismo, porque la vorágine de la corrupción hay que pararla o si no, seguiremos cayendo en el bolsón de países más corruptos del mundo. ¡Así de simple!

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