En Venezuela hay 1,905 detenidos considerados como “presos políticos”, 38 más que la semana pasada, cuando se computaron 1.867 personas privadas de libertad...
Los partidos políticos panameños han casi desaparecido de la escena política. Ya no son grupos y organizaciones con historia ni principios. La debacle inició cuando desde la Asamblea Nacional comenzaron a jugar al clientelismo y de legisladores pasaron a gastadores de los dineros públicos. Literalmente, dejaron de parecer para ser. Y así llegamos a la confusión política e ideológica donde todos hablan pero nadie entiende. Hoy, encontrar dos PRD que piensen lo mismo sobre un mismo punto doctrinal o dos CD, dos panameñistas o dos molirenas es figura casi cómica. Son los nuevos tiempos. En otras épocas la diferencia entre un PRD y un panameñista era doctrinaria. Los PRD tenían una concepción del Estado, los panameñistas otra, y los molirenas otra. Esa era la diferencia. Hoy, como que da lo mismo, las camisetas se volvieron unisex y dejan un aspaviento nostálgico en toda la población. Estamos en el realismo fantástico, en lo tocante a nuestra querida y amada patria. Los partidos se dividían en dogmáticos y programáticos, hoy, por procesos históricos que se encuentran diezmados, ya encontrar un PRD ortodoxo es asombroso. Y ni hablar de los de la estrella verde: la textura se les ha aplacado y de pronto no tienen el talante ni coraje de otros tiempos. Lo mismo le pasa a los de los demás partidos. Nadie tiene posiciones ideológicas sobre la libertad, la legitimidad del orden, la educación, salud, fomento agropecuario, ecología, etc. Se perdió la quilla y nadie tiene gallardía. Solo recuerden el zafarrancho contestatario en la Asamblea aquel día de su instalación, luego de pasadas las elecciones. No aprendieron nada. Dios libre a la República de los falsos líderes.