Falló la Corte

La promesa reciente del magistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia, Aníbal Salas, de que en su período se registrarían fallos históricos, se ha cumplido. Lo dijo al asumir la presidencia de la Corte en enero de este año, justo cuando se desató la fase crucial de un proceso contra Ana Matilde Gómez, que el máximo tribunal coronó anoche con una sentencia condenatoria. Lo lamentable es que ese fallo histórico no es para bien, mas sí un retroceso de la justicia. La condena a la ex procuradora Ana Matilde Gómez es un absurdo jurídico y sienta un precedente funesto para el país. La Corte ha fallado y demuestra con este hecho cuán podrida está la justicia. Los Almengor, los Moncada, los Salas, los Cigarruista y Spadafora dejaron de ser magistrados para convertirse en mercenarios y mercaderes de la justicia. Este fallo no solo condena a Ana Matilde Gómez; condena a la propia Corte. ¿Quién puede creer hoy en la justicia, cuando la propia Corte acepta que se le aplique de forma retroactiva una norma cuando afecta al juzgado? Es obvio que la tranquilidad social por la que todos abogamos aquí se rompe. Sin duda, la Corte ha fallado. Da lástima, da asco, da tristeza y da vergüenza.