• 15/07/2013 02:00

Hora de funcionar

La idea de que fuerzas sociales y políticas se reunieran para discutir el modelo de país que queremos es una iniciativa loable y de prim...

La idea de que fuerzas sociales y políticas se reunieran para discutir el modelo de país que queremos es una iniciativa loable y de primer mundo que, además, podía enlistarse entre las cualidades únicas de esta tierra. Hizo suponer que con las saludables diferencias que deben existir en una sociedad, pero arropados de respeto y tolerancia, en este pequeño Istmo había suficiente patriotismo para sentarse a definir, en el llamado Consejo de la Concertación Nacional, el futuro que anhelamos. Ahí la voz de los trabajadores ayudaría a equilibrar el impulso de la empresa; la sociedad civil plasmaría los balances de poder necesarios para que un país camine hacia el perfeccionamiento de su democracia; en fin, tendríamos la herramienta adecuada para lograr subirnos al tren del desarrollo, un viaje al que llegamos de la mano del crecimiento. ¿Pero qué ha sucedido? Quizás lo más triste que le puede suceder a un proyecto como este: el esfuerzo está relegado al discurso, pero poco hay de él en las acciones. Así, la salud sigue esperando una decisión de todos para enderezar su camino, y lo mismo la educación, la seguridad, los parámetros del desarrollo urbano, las políticas sociales, etc., etc... En fin tenemos a la mano una herramienta excelente, solo que no la hemos puesto a funcionar.

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