De última hora

Si en algo ha habido consenso entre la sociedad panameña durante los últimos cuatro años y medio, es en la ineficaz e imperceptible gestión de la Contraloría General de la República. Iniciando con el Censo de Población y Vivienda del año 2010, que no se llevó a cabo bajo los parámetros de rigurosidad y eficiencia a los que nos tenía acostumbrados la otrora ejemplar Contraloría. Ni qué decir de los escandalosos manejos de millonarias partidas asignadas a diputados, tanto oficialistas como de oposición, canalizadas a través de juntas comunales y que, sin duda, fueron utilizadas para tratar de intervenir, en violación de la Constitución Política y de la Ley Electoral, la decisión ciudadana expresada en las urnas el pasado 4 de mayo. Curiosamente ayer, a escasos tres días para que termine la gestión de la administración actual, la contralora general, Gioconda Torres de Bianchini, publica en la Gaceta Oficial un muy meticuloso ‘Manual de normas generales de procedimientos para la administración y control de bienes patrimoniales’. Lástima que no lo hubiere hecho antes, pues bien hubiera servido su aplicación para evitar el desorden en el uso de los recursos del Estado, que se ha producido a la vista de todos, durante su lamentable gestión.