Bochornosa presentación

Los dos días de comparecencia de la contralora general de la República, Gioconda Torres de Bianchini, ante la Asamblea Nacional han venido a confirmar lo que los ciudadanos han percibido y denunciado durante la gestión de la señora contralora, una cercanía tal con el Órgano Ejecutivo que anuló las posibilidades de una administración proba.

Hace tres días adelantamos que el país no tiene un solo recuerdo caracterizado de su mandato, añorábamos la posibilidad de que, en un arranque de amor patrio, su presentación ante la Asamblea se convirtiera en una gran reivindicación de su periodo.

No fue así, todo lo contrario, ha venido a confirmar los peores presagios. Muy deplorable para las finanzas públicas. Cada vez que la contralora y sus subalternos intentaron dilatar el debate, evitar las preguntas, contestar esquivamente, escudarse en interpretaciones caprichosas de la Ley, burlarse de los diputados, lo que hicieron fue irrespetar al país.

Los servidores públicos están en sus puestos para cumplir con la Constitución y la Ley, no pueden extralimitarse, pero tampoco pueden omitir su cumplimiento. Claramente, lo que se observa es la omisión rampante de sus obligaciones, y esto no solo ha conllevado una bochornosa presentación, sino que debe acarrear responsabilidades.