Firmeza, agilidad y transparencia

La grave situación que se ha desenlazado a partir de la decisión de la República de Colombia de declarar —desde su óptica y sin mayores explicaciones— a la República de Panamá como un supuesto ‘paraíso fiscal’ requiere tres formas mínimas de proceder que el Gobierno no puede evitar: firmeza, agilidad y transparencia. No puede Panamá mostrar debilidad en su actuación, porque abrirá la puerta a que otros países imiten el accionar de Colombia, no puede aceptar el mote de ‘paraíso fiscal’, cuando nuestro sistema está basado en los más estrictos controles. Las exigencias de Colombia bien se pueden atender en la mesa de negociaciones y seguramente se alcanzará una solución viable como en tantas ocasiones anteriores. Al final, esta situación, más allá de los ribetes fiscales, es una diferencia diplomática que requiere de nuestras mejores mentes para afrontarla. Para este tipo de tensiones es que la Cancillería debe apoyarse en un Consejo de Relaciones Exteriores experimentado, que le aporte en sus actuaciones, para que estas sean ágiles, pero al mismo tiempo con contundencia diplomática. Durante todo el proceso, con el final que tenga, el país debe estar enterado de cada paso, los tiempos del secretismo deben haber pasado y hoy no aportan a nuestra causa. La Cancillería tiene su primera prueba de fuego en la Administración Varela y en la era de la transparencia, este tema no es excepción.