• 20/05/2015 02:00

Agua, la protesta y su realidad

Abandonar los planes de desarrollo es lo que ha agravado la situación de falta de agua

Sin incrementos tarifarios en 33 años, el Idaan parece una empresa pública condenada a buscar un remedio más allá de las posibilidades que tiene el Estado para mantenerla. Ya es cotidiano un estribillo en todo el país: ‘Falta de agua potable'; amanecer con protestas y cierres de calles por la carencia del vital líquido no es extraño en nuestro país. Aquella presunción de que cualquier persona puede beber el agua panameña directamente del grifo comienza a dejar de tener sentido, porque no es constante su flujo, y porque en no pocas ocasiones sale con un color parecido al de la tierra. Pese a ciertas ‘capitalizaciones' que el Idaan recibió hace algunos años, hoy su situación es altamente crítica, pues ni las tarifas que cobra en ciudades y áreas rurales permiten recuperar cualquier inversión que se haga en la institución. Es tiempo de que el Gobierno Nacional vea cada protesta pública por falta de agua como un reclamo ciudadano para reaccionar con más celeridad; pero sin una planificación efectiva, es poco lo que se podrá hacer. Haber abandonado los planes de desarrollo en este renglón es lo que ha agravado la situación de falta de agua; retomarlos es una decisión inteligente, y necesaria.

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