Ya el mundo cedió, ahora le toca a los Castro

La apertura de Cuba no debe ser solo con Estados Unidos. La apertura de Cuba debe ser también con su propio pueblo. De una forma muy diplomática, pero así lo dio a entender el papa Francisco a su llegada a La Habana, ayer. La visita del máximo representante del catolicismo marca un hito. En un momento en que la isla normaliza su relación con el máximo representante del capitalismo, Estados Unidos, es hora de que los hermanos Castro también decidan normalizar la relación con su pueblo y cedan un poco, deben permitir que nuevos personajes participen de la vida política del país y que el sistema cambie. Ya no hay excusas. El mundo entero ha colaborado lo suficiente para el fin del bloqueo y ahora le corresponde a los Castro ceder también. Cuba debe permitir que las heridas, que han estado abiertas desde el triunfo de la Revolución, empiecen a sanar. Es hora de que los cubanos, que han permanecido en la isla, puedan disfrutar de los DDHH que por tanto tiempo se les han arrebatado. Es también hora de que los cubanos en el exilio puedan gozar de la reinserción de su patria al mundo moderno.