Un futuro bien pensado

La sociedad panameña está experimentando cambios inimaginables. La cantidad de extranjeros que ha ingresado al país, sin duda, nos trae nuevas costumbres que con el tiempo han de influir en lo que hoy somos. Pero al margen de esas nuevas influencias, hoy tenemos que sentar bases sólidas para garantizar un futuro exitoso. Los extranjeros están viendo en Panamá el nuevo sueño americano. Y es que Panamá, con lo que significará el nuevo papel del Canal ampliado, será un dínamo en materia de negocios. Para aprovechar esa nueva realidad, tenemos que prepararnos educativamente. Así las cosas, el Gobierno debe emprender un plan que involucre una revolución educativa para los próximos veinte años. Que ese plan sea de concertación nacional, de manera que los sucesivos Gobiernos continúen el proceso y no como ocurre ahora, que cada cinco años un nuevo ministro echa a un lado lo que hizo el anterior y empieza todo de nuevo. La educación es la única alternativa para alcanzar el desarrollo. Todos sabemos que nuestros muchachos no están siendo bien preparados y es hora de pensar en el futuro de Panamá, de las nuevas generaciones. No hacerlo sería castigar el país por los próximos cien años y es precisamente los que nos ha pasado y hoy somos presa fácil del flagelo de la corrupción.