Los panameños que luchaban por la justicia social en la década del 60 en nuestro país se dividieron en torno a la Revolución cubana. Unos, encabezados por el Partido del Pueblo, apoyaban la línea moscovita de respaldo absoluto y terminaron aliados a la dictadura militar panameña, otros más radicales, llamados de izquierda revolucionaria, apoyaban la Revolución cubana, pero rechazaban el régimen militar panameño y aducían que la dictadura panameña era una farsa creada por la CIA y el imperialismo. Por último, otro sector integrado por defensores del socialcristianismo y la socialdemocracia, desencantados por el rumbo totalitario y prosoviético de la Revolución cubana, si bien en un principio vieron con buenos ojos la revolución, se mostraron críticos de la violación de los DDHH del régimen castrista. Estos últimos en Panamá fueron defensores de la democracia. Todavía hoy vemos resabios de esas posiciones ideológicas. Empero, los que siempre rechazaron desde Panamá el proyecto revolucionario en Cuba fueron los defensores del statu quo que no querían cambios en favor de una democracia económica y estaban dispuestos, incluso, a defender a una dictadura militar panameña que destruyera la incipiente democracia política existente, pero que garantizara los intereses de los grupos económicos nacionales. De allí que en Panamá vimos agarrados del brazo a comunistas y derechistas defendiendo la dictadura militar y hasta realizando negocios con la revolución castrista y socialcristianos, socialdemócratas, derechistas y sectores de la izquierda revolucionaria rechazando la dictadura militar panameña. ¡Son las contradicciones que aún nos afectan hoy!

Lo Nuevo
comments powered by Disqus