Independencia judicial

Para que el país se encamine hacia el desarrollo, necesitamos garantizar una justicia expedita y justa. Si nos po nemos a analizar cómo se conforma nuestro Sistema Judicial, vemos que desde el nombramiento de los magistrados empezamos mal. Primero que los nombramientos se hacen acorde con el interés del gobernante de turno y hoy decimos ‘magistrado de...' para referirnos al período en que entró. Si agregamos a esto que el tiempo en que los magistrados ejercen el cargo es un elemento que perturba el buen desempeño, entonces la cosa empeora. Pero si, además, permitimos que continúe que el Ejecutivo viole la norma constitucional que establecen un presupuesto fijo al sistema de justicia, la verdad es que jamás podremos tener una independencia judicial. Así las cosas, el deber de los diputados es respetar la norma constitucional y cada vez que llegue el proyecto de presupuesto, se garantice lo que ya está previsto. La independencia judicial es necesaria y hay que hacerla valer. De nada sirve que nos demos golpes de pecho con proyectos de desarrollo, si no garantizamos una justicia eficiente y justa. Es necesario dotar el Judicial de los recursos suficientes, para que desde el más elemental juzgado o ente del Ministerio Público tenga cómo hacer frente a los requerimientos de la población. Como vamos, no podemos seguir. Ojalá el Ejecutivo y el Legislativo no vuelvan a violentar lo que mandata la Constitución.