Burocracia asfixiante

El término ‘burocracia' deriva del francés ‘bureau' u oficina y del griego ‘cratos' o Gobierno; así que burocracia sería un ‘Gobierno de oficinas o trámites'. Y es que los ‘demócratas' parecieran más interesados en complacer a sus electores que en ejecutar los supuestos programas de Gobierno, atiborrando las instituciones de copartidarios, la mayoría sin el perfil requerido para desempeñar, responsablemente, las funciones inherentes al cargo. En la mayoría absoluta de las instituciones públicas los funcionarios se tropiezan; llenan los pasillos, obstaculizando el desplazamiento de los usuarios y entorpeciendo el servicio, porque los jefes, para simplificar la labor de los ‘habilitados', dividen las tareas, lo que multiplica los trámites. Un trámite que hace 20 años, atendían dos personas, llevaba dos firmas, tomaba mediodía y costaba cinco balboas, hoy pasa por un sinnúmero de personas, firmas, el doble de sellos, toma seis meses y cuesta cincuenta o cien balboas. Lamentablemente, en este aspecto, la actual administración está a punto de establecer un récord, la maquinaria burocrática pesa tanto y es tan incompetente que, el trámite más simple resulta un suplicio; lo increíble es que luego los principales responsables afirmen no comprender el fracaso de la gestión ni la pésima imagen que la ciudadanía nacional expresa. El caos imperante no aconseja más pactos con espacios políticos. Advirtámoslo.