• 29/12/2018 01:00

Un pueblo maltratado

Igual ocurre con las oficinas de Migración, Ifarhu, Registro Público y los ministerios en Plaza Edison.

El pueblo panameño es víctima del maltrato generalizado de los funcionarios y de empresas ‘usureras' que, sin ningún pudor, acumulan riqueza excesiva en perjuicio de los ciudadanos. Así vemos cómo el ciudadano es esquilmado en los corredores, teniendo que pagar peaje para conducir en un tranque infernal, tiene que hacer filas para pagar impuestos en unas oficinas que son unos cuchitriles de mala muerte y que el Estado las adquirió sin pensar lo perjudicial que serían esas instalaciones para el usuario. Igual ocurre con las oficinas de Migración, Ifarhu, Registro Público y los ministerios en Plaza Edison. El maltrato continúa en el Seguro Social, en las ventanillas para el pago de las multas de tránsito, en los aumentos injustificados de luz y de gasolina... ¡Qué decir del costo elevado de las tarifas telefónicas y de cable e internet! En el costo exagerado de los alimentos. En las comisiones bancarias excesivas y los intereses leoninos de las tarjetas de crédito y como si el maltrato no fuera suficiente, el Estado acumula millones de dólares en impuestos y por arte de magia va a parar a manos de los prestamistas internacionales que son los que terminan beneficiándose de la política endeudadora de los Gobiernos de turno. Pobre pueblo, y lo peor es que la mayoría de los ciudadanos ni siquiera tiene consciencia de que es víctima del maltrato, desarrollándose un inaceptable masoquismo ciudadano. Hay cambios importantes que hacer en las empresas públicas y privadas, porque para que la sociedad se desarrolle, hay que darle valor y el respeto que la gente se merece.

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