Decencia y docencia

La sociedad panameña atraviesa por un período difícil, donde lo inmoral, lo chabacano, lo negativo se sobrepone a lo demás. Lo más difícil es que para superar este problema, la propia sociedad debe absorber una dosis de decencia. Y es que si la propia sociedad no se autoayuda, no puede esperar que la salve un mesías. Los problemas parten de puntos minúsculos como tirar basura en la calle o no pagar por el suministro del agua; desde liarse a golpes con otro automovilista porque se le metió en la vía, hasta no pagar los impuestos por la venta de un negocio. La ruindad que rodea al ser humano y que se le pega a la sociedad en los momentos más duros de su travesía hacia el desarrollo, tiene que ser ahuyentada por esa dosis de decencia que cuál pócima medicinal, trae alivio al pueblo. Pero al mismo tiempo, la docencia debe ocupar su lugar y en cada hogar, en cada escuela, los valores deben resurgir. Docencia es una palabra cuyo significado amplio va más allá de enseñar desde un aula, porque significa la esencia de la enseñanza desde la casa, cuando cada niño sabe decir ‘buenas tardes', ‘con permiso', ‘gracias' o ‘a su orden'... Decencia y docencia, los bálsamos que necesita urgentemente Panamá.