• 12/06/2019 02:00

Robo de energía

De lo que se trata es de un robo descarado producto de una mafia organizada que hay que desmantelar

La electricidad es un servicio vital para la sociedad. Sin embargo, en Panamá, un país bendecido por la naturaleza, capaz de producir abundante energía a base de sol, agua y viento, la electricidad es absolutamente cara. Y no se trata de que la tecnología no ha llegado al país; de lo que se trata es de un robo descarado producto de una mafia organizada que hay que desmantelar. Lo peor es que no solo roban las empresas, sino que roban los ciudadanos más pudientes, pues ‘trampean' medidores para pagar menos. El asunto es que esto se convierte en un círculo vicioso, porque al final las empresas distribuidoras cobran el volumen despachado, prorrateando los robos tanto de la gente de la clase alta como los de las barriadas periféricas que instalan sus conocidas telarañas. El Gobierno tiene entonces que meterse la mano en el bolsillo y pagar un subsidio, para evitar que la energía eléctrica sea más cara. ¡Absurdo! Partiendo de que la electricidad no debe costar más de 15 centavos el kilowatt hora, hoy se vende a 21 y 22 centavos el kilowatt hora. Los siete centavos de más que se pagan van directo a las generadoras, cuya red mafiosa se ha hecho millones de dólares a costa del país. Si la electricidad costara los 15 centavos que debe costar o menos, el Gobierno no tuviese que pagar subsidios y se disminuiría el robo de energía eléctrica. Al Gobierno de Cortizo no le queda otro camino que atacar esta mafia de le energía eléctrica, si en verdad va a combatir la corrupción. ¡Así de simple!

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