• 09/09/2019 02:00

Panamá y los TLC

No es que Panamá se cierre al mundo; de lo que se trata es de hacer las cosas bien

Dicen que el apuro trae cansancio y eso fue precisamente lo ocurrido con los Tratados de Libre Comercio (TLC) que firmó Panamá. Fue un apuro inaudito y los distintos gobiernos mostraban los acuerdos como medallas. Hoy los TLC han inundado el mercado panameño y son pocos los que logran exportar a los grandes mercados que se abrían. Los regentes de la cartera de Comercio argumentaban que, de no firmar los tratados, Panamá quedaría rezagada. En el apuro, nos abrimos a las importaciones y el resultado es de todos conocido. No es que Panamá tiene que cerrarse al mundo; de lo que se trata es de hacer las cosas bien. ¿Cómo nos metimos en la aventura de las exportaciones sin haber certificado nuestras propias empresas exportadoras, de manera que fuesen capaces de cumplir con todos los requisitos? No es que los TLC sean malos, sino que el país no estaba preparado y los gobiernos se centraron en la firma y descuidaron por completo la preparación de los empresarios, industriales y productores panameños para afrontar lo que se venía. Según datos de World Integrated Trade Solution, las exportaciones panameñas, que incluyen todos los bienes y servicios, bajaron de $3,543 millones en 2013 a $2,307 millones en 2016. Productos en los que el país es competitivo, como el cerdo y el pollo, no pueden entrar a Estados Unidos. El problema es que Panamá no se ha preocupado por las debidas certificaciones fito y zoosanitarias para poder llegar a los grandes mercados y aprovechar los TLC. ¡Hay que trabajar en eso!

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