Ansias de poder

La incongruencia tiene camino expedito, cuando la ansias se apoderan del razonamiento de los seres humanos. En lugar de actuar con lógica elemental, el ansia lleva a trastocar el equilibrio mental y hace que la gente sea incongruente. Es el caso en la política partidista, donde las ansias de poder están arrastrando a muchos políticos que prometían buena pinta. Para presentarlo de una menara simple: los tres poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, no funcionan y la conclusión de las mejores mentes es que hay que cambiar la Constitución, porque la actual es la que permite que lleguen al poder personas sin escrúpulos que llegan a robar y se mantienen por el clientelismo político. Sin embargo, esos que promueven los cambios constitucionales y hablan del país que debemos ser, también tienen ansias de poder y actúan de forma tan absurda y hasta excluyente: “Yo soy el bueno, los demás no”. Tan es así que no son capaces de unir, sino solo a su grupo. Es la realidad nuestra que mientras mantengan esa exclusión, los que critican, o sea “los malos”, serán los que harán gobierno. Panamá sí necesita un cambio constitucional, pero un cambio de sistema, uno que nos deje atrás el presidencialismo arcaico y nos lleve al parlamentarismo o al semiparlamentarismo. Para eso, sin embargo, debe haber unidad. Seguir como vamos es seguir en el error. ¡Así de simple!