Una política equivocada

Estados Unidos ha equivocado su política sobre la migración. La incentivó por décadas, diciendo que en ese gran país se vive el “sueño americano”. Hoy, con un mundo convulsionado y pueblos inmersos en pobreza y desesperanza, se ha desatado una migración descomunal. Los migrantes apuntan a alcanzar el “sueño americano” y atraviesan caminando inmensos peligros a lo largo de su trayectoria y, cuando finalmente llegan a la frontera del país que los incentiva a vivir mejores días, se enfrentan a una barrera que los repele y los decepciona. En el recorrido de los migrantes, Panamá, un país de paso, termina gastando cuantiosos recursos atendiendo a estas personas. No es una ni dos; son cientos de miles de personas que se aventuran por ese “sueño americano”. Estados Unidos y los países latinoamericanos tienen que trabajar por la estabilidad política, económica y social de la región. Hay que invertir en educación y dejar el intervencionismo como método de control. Toda esta inestabilidad ha causado ese desasosiego de nuestras sociedades y al final se convierte en el motor de la migración, porque la gente quiere vivir en paz y tranquilidad. América tiene todo el potencial para encaminarse al desarrollo, pero necesita el apoyo para iniciar el proceso. Seguir como vamos, es seguir en el error. ¡Así de simple!