• 20/10/2025 00:00

Las lecciones del poder (7)

“La gran lección del poder, es que el se inscribe en una continuidad.” (François Hollande). La lectura de Las lecciones del poder, obra en la que François Hollande comparte sus experiencias como presidente de Francia, me ha dejado muy en claro, que la ingenuidad de lo cotidiano, no puede pretender remplazar los hechos y las realidades. Estos siempre terminan apelando a la razón.

Para quien no vacila en demostrar a través de las cuatrocientas páginas de su libro que: “El realismo sin proyecto es una renuncia, pero el ideal sin acción es una abdicación”, no sorprende leerle que: “El presidente, elevado al rango por el sufragio universal dispone de la legitimidad, la más incontestable, aun cuando esta no lo autoriza a abusar. Protegido por las instituciones, él se beneficia de una estabilidad que le permite atravesar pruebas y dominarlas. Dotado de poderes bien superiores a todos sus homólogos (en Europa), él debe ponerlos al servicio de una política coherente”.

Sujeto a diversos escrutinios durante su mandato, afirma: “He adquirido de mi experiencia de la vida política un cierto número de enseñanzas sólidas concerniente a los escrutinios presidenciales. Estas me han conducido a relativizar las encuestas de opinión y los pronósticos tempranamente establecidos”

Al adentrarse en diversos aspectos de la economía, nos enseña que: “Sin vacilación alguna, la política retoma sus derechos a medida que los riesgos reclaman alternativas y que los combates para ser alimentados necesitan ideas [...] Las desigualdades, reivindicadas hoy día como un mal necesario para prolongar la prosperidad, pueden convertirse mañana en la justificación de nuevas luchas a la escala nacional o planetaria”.

Asegura que: “[...] sin elevación de la riqueza producida, los recursos de la potencia pública se agotan y los más frágiles son las primeras víctimas. Por el contrario, hay que poner en beneficio las nuevas tecnologías para inventar un modelo que llame a la innovación y a la calidad del trabajo, más preocupado del bienestar y más respetuoso de la exigencia del medio ambiente. La difusión de la inteligencia artificial, como la robotización, va a provocar una nueva revolución en nuestros modos de vida. Es lógico que ella fascine tanto como inquieta. Ella va a abrir nuevos mercados, ofrecer nuevos servicios especialmente en materia sanitaria, mejorar las condiciones de existencia de as poblaciones frágiles y dar acceso a conocimientos hasta ahora inexplorados.”

“He comprendido que las nuevas generaciones, gracias a la inteligencia, humana o artificial, pueden hacer más simple la vida y, a veces, cambiarla [...]. El talento merece su recompensa; como la iniciativa, la creatividad, el trabajo, su justa remuneración, pero ese no puede ser el único criterio de una vida exitosa. Hay mucha grandeza en ocuparse de los más frágiles. Mucha altura al formar parte de la suerte común. Felicidad al mejorar la vida de otros. También, el compromiso de cada uno es lo que hace la nación...

El poder de las lecciones aprendidas con esta interesante lectura, es de mucha y especial utilidad. Merci, Monsieur Hollande!

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