• 09/05/2011 02:00

‘El corredor de los pobres’

S us vecinos parecen pensar que los ladrones del capitán de COPA asesinado en su propia casa llegaron a Brisas del Golf vía del ‘Corredo...

S us vecinos parecen pensar que los ladrones del capitán de COPA asesinado en su propia casa llegaron a Brisas del Golf vía del ‘Corredor de los pobres’ —llamado oficialmente ‘Gonzalillo—Pedregal’ (aunque no llega ni a Gonzalillo, ni a Pedregal). Algo de trasfondo. En 1990 la administración Endara inició esta vía rápida a faldas del Cerro Azul, para llegar desde Las Cumbres hasta Villalobos, sin congestionar más el cruce de San Miguelito. Sin peajes. Como un primer tramo para llegar a Tocumen, desde el Colegio Beckman. Pero eso fue antes de PYCSA Panamá, S. A., el cual traza un vector parecido rumbo hacia Tocumen. Pero, tras 16 años, hoy el Corredor Norte todavía llega sólo hasta la precitada barriada de clase alta. Al igual que la Gonzalillo—Pedregal, ambas cruzan tierras baldías en al menos 90% de sus desoladas rutas.

Los vecinos de Brisas consideran que el poco patrullaje sobre esta desconocida vía rápida virtualmente invita a usarla con propósitos aviesos. Porque hasta el punto en donde se acerca a Brisas se puede llegar en ocho minutos desde las áreas—rojas de Nueva Libia y Progreso en San Miguelito (a las que no entra la Policía Nacional después de que anochezca). Y podría ir para peor sin mejor vigilancia, porque la urbanizadora ha adquirido inventario de tierras justo sobre la ‘Gonzalillo—Pedregal’ para una etapa futura de Brisas.

Detrás de esta noticia también está la realidad de que el Corredor Norte está más congelado que la famosa Cadena de Frío. Tras dos años del blablablá oficial, no se ha avanzado un sólo centímetro en dirección hacia la 24 de Diciembre (ni por la carretera gratis, ni por la de peajes). Tenemos, pues, DOS carreteras a medio palo —y por la misma servidumbre—.

Lo peor de este enredo es que el presidente Ricardo Martinelli negoció directamente con el concesionario mexicano para sacarle las castañas del fuego —en vez de hacerlo cumplir con su obligación de llegar al antiguo corregimiento de Tocumen (como sí hizo con Figali).

En algún futuro, porque ambas carreteras compartirían la misma servidumbre propiedad de la oficial Empresa Estatal de Electricidad, S. A. rumbo a Panamá Este —¿cómo se justificará el cobro de peajes en dicho tramo final? Y, como si no fuera suficiente, la noticia tiene además otra faceta del ámbito nacional.

El ministro de Obras Públicas intenta encubrir desafueros de su antecesor en Gonzalillo—Pedregal; por algo será que no la ha inaugurado formalmente, con la habituada cobertura televisiva del ‘Vamos Bien’ (después de 21 años...). Trasluce que ‘algo hay podrido en Dinamarca’ en el manejo de nuestras inversiones.

El denominador común en tanta de nuestra infraestructura se deriva de que están virtualmente a la deriva, con poco control de parte de funcionarios ‘técnicos’, que cobran por ello, así como por una absoluta falta de rendición de cuentas.

Ejemplo: el hoy ministro firmó memoranda de entendimiento para ‘comprar’ innecesariamente ambos corredores por $1,070 millones, pero no se atreve a publicarlos, pese a su obligación constitucional de haberlo hecho hace más de un año, porque no podría justificar pagar $600 millones por encima de su valor de reemplazo. Y muchísimo menos se atreve a publicar el avalúo (si existe) alguno para sustentar la ‘compra’ del viaducto—marino del Corredor Sur, cuya condición técnica ha sido cuestionada por la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos.

Quienes comemos 3 veces al día tenemos una obligación hacia quienes no comen, y la mejor forma de cumplirla es perseverando en la promoción de un Estado de Derecho que funcione como debe —con transparencia.

*TRADUCTOR OFICIAL E INTÉRPRETE SIMULTÁNEO.

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