• 21/05/2011 02:00

Homenaje a Pedro Prestán en su natalicio

N acido en Cartagena de Indias, el 15 de mayo de 1852, hijo de un capitán de barco inglés y de madre criolla, Pedro Preston, apellido nu...

N acido en Cartagena de Indias, el 15 de mayo de 1852, hijo de un capitán de barco inglés y de madre criolla, Pedro Preston, apellido nunca esclarecido, llamado en buen castellano Prestán, transcurrió los primeros años de su mocedad entre su natal Cartagena y su adoptado hogar, Colón.

Mulato de finos modales y abogado autodidacta, ejerció la profesión de maestro, la cual alternaba con el oficio de abogado, defensor de la clase humilde, dado que para la época, el racismo yanqui y francés, así como el extranjerismo (recuérdese la construcción del ferrocarril) era imperante en el Istmo, para entonces parte de la Gran Colombia.

Liberal radical, de convicción nacionalista, mantuvo un marcado idealismo por su patria y un fraternal amor por la provincia de Colón, en la cual echó raíces junto a María Félix Ayarza, y que fruto de esa unión nació su única hija, América.

Debido a la situación política que se vivía producto del gobierno liberal de Rafael Núñez y cuyas pretensiones de reelección amenazaban la integridad de la nación y el cual a hurtadillas gestaba la anexión de Panamá a los Estados Unidos, amparados en el tratado Mallarino—Bidlack, Pedro Prestán, para entonces diputado, es nombrado jefe civil y militar de Colón y con esta investidura solicita un embarque de armas para gestar la revolución, la cual llega a Colón el 30 de marzo de 1885.

No obstante de estar en regla el embarque y contar con todos los recibos que daban fe del mismo, el capitán del barco se niega a entregar el pedido y Pedro Prestán, procede a apresar al cónsul de Estados Unidos en Panamá, Robert Whright, así como a otros oficiales del vapor, hasta tanto el embarque no sea entregado.

Sin embargo, confiando en un pacto de ‘caballeros’ que culmina con un apretón de manos, Prestán deja en libertad al cónsul y a los oficiales y mantiene en custodia a otros dos trabajadores. Pero, la arrogancia yanqui nunca perdonó la afrenta del mulato y lo mandan a encarcelar, por lo que Prestán lideriza con pocos hombres y pocas armas un enfrentamiento con los conservadores y los liberales moderados, respaldados por los yanquis. Entre tanto, colombianos desconocidos incendian la casa en donde se encontraban las municiones y en los puntos cardinales, aprovechando la coyuntura, el yanqui invasor incendia la ciudad, reduciendo a cenizas la próspera costa de oro.

Luego Prestán se refugia en Cartagena, desde donde pretende enrolarse para tomarse a Colón; sin embargo, los liberales respaldados por los yanquis, lo apresan y devuelven a Panamá, en donde es acusado y condenado infamemente de incendiar Colón.

El 18 de agosto de 1885, en las instalaciones del ferrocarril en manos de un verdugo yanqui y ante la mirada de nacionales y extranjeros, fue ahorcado vilmente Pedro Prestán, el caudillo colonense liberal, ejemplo de nacionalismo y dignidad.

*PERIODISTA.

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