• 12/08/2011 02:00

Las lecciones de Cantinflas

EX SECRETARIO DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA.. En el mes de marzo de 1983 el país vivía momentos de mucha agitación políti...

EX SECRETARIO DE PRENSA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA.

En el mes de marzo de 1983 el país vivía momentos de mucha agitación política; el general Rubén Darío Paredes, como jefe de la Guardia Nacional, era el líder de unas reformas constitucionales que llevarían a la nación a las primeras elecciones presidenciales por el voto popular, después de aquel golpe militar del 11 de octubre de 1968.

Para esa fecha tenía el cargo de productor de noticias del Canal 4 de televisión. Se me asignó una entrevista con el dirigente político Raúl ‘Beby’ Arango. La cita era en La Casa del Marisco, de la avenida Balboa, a la una de la tarde. Cuando ingresé, al sitio acordado, divisé, nada más y nada menos que al gran Mario Moreno, Cantinflas.

La presencia de este comediante me hizo olvidar, por unos momentos, mi responsabilidad con el Beby Arango. De inmediato le indiqué al camarógrafo, Samuel Valdelamar, que le iba a solicitar una entrevista al visitante mejicano.

En estos casos fortuitos, siempre le aconsejo a los estudiantes que el periodista debe tener una pregunta de cajón; esa que nos permitirá salir del atolladero. Ya con la anuencia de Cantinflas, le solté la pregunta inicial. ‘A ver, don Mario Moreno, en concreto, ¿cuál es el motivo de su visita a Panamá?’. La respuesta de este genio del humor no se hizo esperar y a continuación me dijo lo siguiente: ‘Mire estimado periodista, en concreto y en cualquier otro material, el motivo...’. Solté una gran carcajada; la forma de su respuesta me hizo perder la compostura seria que debe tener un periodista; pero, la situación era comprensible, me encontraba con uno de los personajes de humor que más felicidad y ratos de entretenimientos le llevó y le sigue llevando a la familia.

Superado el momento, continuamos con la entrevista. Mario Moreno estaba en Panamá para apoyar unos proyectos artísticos que serían llevados a cabo por panameños y mejicanos, con el fin de fortalecer las relaciones culturales entre ambos gobiernos. Le pedí una explicación sobre el significado del sustantivo Cantinflas. ‘Hay diferentes definiciones, pero todo se puede resumir en el olvido de un guión. Frente a esto alguien del público grita ¡cuánto inflas! Supongo que la persona se dio cuenta que lo que oía eran cantinfladas y por allí se fue la cosa’, manifestó.

Hablamos del gran mensaje grabado en su película intitulada ‘Su Excelencia’, donde él pudo retratar, con exactitud, el problema del mundo. ‘Estamos pasando un momento crucial en que la Humanidad se enfrenta a la misma Humanidad. Estamos viviendo un momento histórico, en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo. La opinión mundial está tan profundamente dividida en dos bandos aparentemente irreconciliables, que dado el singular caso, queda en solo un voto. El voto de un país débil y pequeño puede hacer que la balanza se cargue de un lado o se cargue de otro lado. Estamos, como quien dice, ante una gran báscula: por un platillo ocupado por los Verdes y con otro platillo ocupado por los Colorados’.

El voto de Su Excelencia era primordial; era el decisivo. Mario Moreno me expresó que la película fue extraordinaria y que nunca pensó que a través de ella se le comparara con los verdaderos monstruos del humor, incluyendo a Charlie Chaplin.

Cantinflas me habló sobre el cierre de esa película. ‘No recuerdo exactamente el libreto, pero fue un llamado a la concordia, a la paz, a la hermandad’, dijo. Como un homenaje a ese gran hombre reproduzco esa parte, cuando al final de su discurso ante lo que podríamos llamar las Naciones Unidas, indicó: ‘Señores representantes, hay otra razón más por la que no puedo dar mi voto: hace exactamente veinticuatro horas que presenté mi renuncia como embajador de mi país, espero me sea aceptada.

Consecuentemente no les he hablado a ustedes como Excelencia, sino como un simple ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera, pero que, sin embargo, cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de la Tierra, el anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libre, el anhelo de delegar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos un mundo mejor en el que reine la buena voluntad y la concordia.

Y qué fácil sería, señores, lograr ese mundo mejor en que todos los hombres blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres pudiésemos vivir como hermanos. Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras, que hace dos mil años, dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: ‘Amaos... amaos los unos a los otros’, pero desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿y qué es lo que han hecho?, ¿qué es lo que hacen?: Armaos los unos contra los otros. ... He dicho...’.

Hoy, en el Centenario del natalicio de Mario Moreno, Cantinflas, le rendimos tributo a ese gran personaje, que nos permitió reír y nos dejó mensajes profundos que hoy cobran mucha vigencia. Luego de esta amena conversación con el Cantinflas me quedé esperando al político que tenía que entrevistar, hecho que fue cumplido, cinco minutos después.

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