Nuestra América India II

La luna guaraní cuenta de sus héroes del Paraguay, sus Shamanes, Paytará, Nambuaí y Cuniararuá, recuerdos gratos de Yaguarón, Guaycará, Caarupé, Morangoa, Curopiratí y el justo Guarambaré; lo destacado del gran Potiverá el sumo cacique orador.

Chile defendió su suelo con Toque Lautaro, quien dirige la rebelión del Tirúa, estratega frío, un gran jinete que quien enseñó a los Mapuches el arte de la equitación, en una larga batalla fallece en el vado de Motaquieto, inmediatamente lo sucedió Toqué Caupolican. Las regiones de Argentinas fueron defendidas del pillaje por Calfucurá, hazañas de Joyel, Inalcayae y Chocorí, participando los bravos Painé, Tucumán y Sayhuequé.

Cada pueblo de este continente debe rescatar a sus héroes originarios. En Norte América los españoles no pasaron del Río Grande, ya que los apaches y comanches no se le permitieron.

Pero la lucha de nuestros ancestros no terminó allí, tiempos después en el año 1876 el afanado general estadounidense George Custer es derrotado en la batalla de Little Big Horn, por los guerreros indígenas: Sioux, Cheyenes, Los Arapahoes y otros, en defensa de sus tierras sagradas; entre los que se destacaron Caballo Loco, el jefe Gall y Toro Sentado.

Quizás sin la intervención de los europeos, al desarrollarse completamente las culturas indoamericanas, tendríamos un continente sano, sin tantos problemas ecológicos. Los héroes, originarios por muchos de nosotros desconocidos, merecen estar en un mejor sitial.

Los originarios más al norte, en lo que es hoy los Estados Unidos, fueron víctimas de los blancos que vinieron de Inglaterra en los años 1854. El jefe Seattle al oponerse a la compra de tierras que ofrecía el presidente de turno, hace la declaración más bella y profunda contra la destrucción del ambiente, así lo reconoció las Naciones Unidas.

Este Piel Roja, les dice lo que hoy se lama ‘La Profecía del Cacique’ (la destrucción de nuestra tierra), entre muchas cosas les dijo: ‘considerar su oferta no es fácil ya que tierra es sagrada para nosotros… sabemos que el hombre blanco no comprende nuestro modo de vida… no parece consiente del aire; como un moribundo que agoniza durante muchos días es insensible al hedor… debe tratar a los animales de esta tierra como sus hermanos’.

Y siguió sentenciando ‘Qué será del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, lo que le suceda a ellos, al blanco también le sucederá… todo lo que le ocurra a la tierra, le sucederá a los hijos de la tierra… contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios residuos… pero ustedes caminan, caminarán hacia su destrucción, rodeados de gloria… porque exterminan los búfalos… ¿dónde está el águila? Destruida. Termina la vida y comienza la supervivencia’ y este indoamericano piel roja no se equivocó.

MILITAR DE CARRERA