• 29/12/2012 01:00

Una lección más de la naturaleza

E s vergonzoso que en pleno siglo XXI y ante el crecimiento económico del país durante los últimos años, ningún gobierno haya estructura...

E s vergonzoso que en pleno siglo XXI y ante el crecimiento económico del país durante los últimos años, ningún gobierno haya estructurado un sistema de emergencias para hacer frente a las adversidades producidas por los fenómenos naturales.

La naturaleza no es implacable: se ajusta a los cambios periódicos en busca del equilibrio, de su homeostasis. Estos infortunios tampoco son pruebas divinas o presagios de alguna apocalíptica profecía.

Las pérdidas humanas y materiales sufridas en Colón y Panamá Oeste se deben a la falta de prevención, cumplimiento de leyes y normas por parte de las constructoras, a las ineptitudes de los directores de las dependencias encargadas de examinar los Estudios de Impacto Ambiental y Sociales (EIAs) muchas veces ejecutados para cumplir un mero trámite burocrático.

Afortunadamente los sucesivos gobiernos han contado, hasta la fecha, con un pueblo solidario que a pesar de estar golpeado por la falta de adecuados servicios educativos, de salud y trabajos dignos, se hace eco del sufrimiento de sus vecinos y desinteresadamente brinda todo el apoyo a los dam nificados (Ejm. Las donaciones en las distintas cadenas de supermercados, los resultados de la recién concluida Teletón)

Cómo es posible que se gasten tantos recursos en armamentos, viajes oficiales, de dudosos resultados, en construcciones sumamente costosas de carreteras y calles y no podamos tener un centro de acopio que cuente con: mantas, catres y tiendas de campaña, pañales, linternas, medicamentos, vendas varias, desinfectantes y alimentos no perecederos utilizados durante las emergencias.

Urge dotar con materiales y equipos adecuados para las tareas de rescates a todas aquellas organizaciones que tienen que ver con esos menesteres; a modo de ejemplo, recuerdo que una vez estuve varado en Loma Cobá , por unas tres horas, debido a la caída de un árbol porque los funcionarios del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC) no contaban con una motosierra para cortar, desbrozar las ramas y despejar la vía.

Esperemos que estas desgracias lleven a la desgastada y desprestigiada clase política a la reflexión y que los supuestos ríos de dinero que corren a lo largo de nuestra geografía, encuentren un meandro que conduzca a la estructuración de un sistema o fondo de emergencias que permita afrontar estas calamidades sin la necesidad de arañar o desviar otros recursos económicos. De otra forma, es aconsejable un audito independiente por parte de la sociedad civil del uso racional de los dineros que un futuro se destinaran y con mayor frecuencia, debido a las improvisaciones del gobierno central , para afrontar estos infortunios.

PROFESOR TITULAR EN LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

Lo Nuevo
comments powered by Disqus