El ático

Cierto es que el presidente de la República dejó la opción de tomar una licencia a los ministros que aspiran a la candidatura presidencial de Cambio Democrático. Mas el deber de estos funcionarios es renunciar. No deben enviar un mensaje equivocado. No es ético ni moral que se mantengan como funcionarios en licencia mientras hacen política partidista. El país no puede quedar a merced de la contienda de Cambio Democrático. ¿Qué lógica tiene mantener un ministro ‘encargado’ por tres meses? ¿Con qué cara ha de regresar un ministro si no logra la candidatura? El primer deber de un candidato es manejarse con transparencia, ética y moral. Los ministerios no son una empresa privada. Sirven a toda la sociedad, sean amigos o adversarios, pobres o ricos, religiosos o ateos. ¿Cómo ha de comportarse un ministro que haya perdido la contienda si debe atender un caso en donde esté involucrado un adversario? Es obvio que los sinsabores de la campaña empañarán su buen juicio. No cabe duda que el ministro que salte al ruedo político debe renunciar. Así dejan al presidente reorganizar su Gabinete y seguir atendiendo los problemas del país, sin estar a la espera de qué pase con un funcionario que decidió meterse en la carrera presidencial.