• 01/03/2013 01:00

Correa, ¿el futuro Chávez de Castro?

El reciente e indiscutido triunfo de Rafael Correa en Ecuador, le ha garantizado la sucesión de Chávez ya decidida por los Castro, sobre...

El reciente e indiscutido triunfo de Rafael Correa en Ecuador, le ha garantizado la sucesión de Chávez ya decidida por los Castro, sobre todo, porque ha logrado instalar con éxito el sistema político democrático autocrático bolivariano, del cual él mismo se dice su representante, con lo cual ha permitido que la gente se incorpore a la economía, aumente la inclusión social y por supuesto, cope el control de todas las instituciones del Estado, incluyendo el sistema electoral, modificado para estas elecciones presidenciales incorporándose el sistema de la Mayoría Absoluta, con lo cual con el 56,7% de los votos obtenidos, su partido alcanzará una representación de casi el 70% de la Asamblea Nacional, igual a lo ocurrido en Venezuela.

Desafortunadamente tampoco, hay diferencia entre nuestras oposiciones galvanizadas y donde prevalecen los liderazgos mezquinos, sin base de sustentación y donde el concepto de unidad es una ilusión que solo es usufructuado táctica y estratégicamente por liderazgos gaseosos. Es indisoluble el proceso político ecuatoriano con el venezolano, incluso se sustentan el uno con el otro, no solo ideológicamente, ya que en ese país acusan al PSUV bolivariano de estar financiando al partido de Correa.

Por otra parte, comparten sus resentimientos sociales, sus odios viscerales hacia las clases pudientes y medias altas. Su discurso es de confrontación entre ricos y pobres, enfrentan con igual intensidad a los medios de comunicación privados y dirige una política de compra y control de los medios, radioeléctricos, comunales, escritos y televisivos.

También comparten el régimen rentista petrolero, que, igual que en Venezuela, lo usa para sus programas sociales y el desarrollo de infraestructura, aparte de que la burocracia administrativa ha acrecentado su capacidad adquisitiva y el pueblo le atribuye el bienestar que está experimentando, todo ello, gracias a la bonanza petrolera. En este aspecto, solo hay una diferencia, tal vez porque es más letrado y además un profesional de la economía, ha logrado un gran desarrollo en obras públicas e incorporando a sectores económicos medios, generando así una sensación de bienestar en todas las capas de la sociedad que posiblemente no será sostenible en el tiempo.

A diferencia de Venezuela, en Ecuador se siente el progreso económico, político y social que nadie discute. En este sentido, sí hay una gran y sustancial diferencia entre Correa y Chávez, como es que el primero, tiene consciencia política nacional arraigada, el cual será el gran problema de los Castro: por una parte, la bonanza petrolera ecuatoriana, Correa la utiliza para alcanzar un desarrollo económico, de infraestructura y social armónico que se siente y se refleja en todos los sectores del Ecuador; por la otra, el petróleo ecuatoriano lo vende y no subsidia a aliados políticos, por cuanto lo requiere para el desarrollo propio de su país, que tiene actualmente un crecimiento anual del 5% a diferencia de Venezuela y Cuba.

Tal vez esto no será un problema para Cuba, por cuanto lo atesorado por los Castro en esta última década gracias a Chávez le alcanzará de sostén para otra década más, pero sí enfatizarán en lo político e ideológico en un continente que ve impasible perder progresivamente la democracia por aquello, de que lo que le pasa a mi vecino no me pasará a mí. Ante esta realidad veremos si, sin la influencia de los petrodólares venezolanos, el socialismo del siglo XXI sobrevive, por lo menos en algunos países del ALBA o, por el contrario, pasará a ser un recuerdo póstumo de nuestro comandante.

*EXEMBAJADOR DE VENEZUELA EN PANAMÁ.

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