• 20/03/2013 01:00

De libras a kilos no será fácil

Esta semana debemos ya ir descartando ciertas medidas y pesos que hemos estado utilizando y comenzar a referirnos exclusivamente a kilos...

Esta semana debemos ya ir descartando ciertas medidas y pesos que hemos estado utilizando y comenzar a referirnos exclusivamente a kilos, litros, metros, amperes, kelvin, mol, candela y otros términos que muchos neófitos jamás hemos oído. Tal parece que desde finales del siglo XVIII, cuando se proclamó el sistema métrico en Francia, hasta mediados de 1997, cuando se adoptó legalmente en Panamá el Sistema Internacional de Medidas, nos entendíamos perfectamente con un sistema híbrido: una mezcolanza de medidas de origen francés y de origen inglés. Hemos hablado, sin sonrojarnos, de galones de gasolina y litros de leche, o de millas a Colón y kilómetros a la frontera, o de libras de carne y kilos de pan, o de quintales de arroz y toneladas de trigo, o de yardas de tela y hectáreas de terreno.

Es la idiosincrasia inigualable del panameño, que nos hace tan especiales. Pero tendremos que cambiar, obligados por la marcha forzada de apertura en las relaciones personales, nacionales, económicas, comerciales y de toda índole. Pienso que para algunos el cambio tendrá un costo injusto porque, aunque se diga y se insista en lo contrario, habrá abusadores que se aprovecharán del cambio para sacarle beneficios indebidos a costa de la ingenuidad o inexperiencia de algunos.

Se asegura que el precio de los productos no cambiará. Eso es cierto: la cantidad de carne, de gasolina, de leche etc. en principio deberá ser la misma. Pero ¿quién está normalmente en posición de poder comprobar que 2.5 kilos de papas cuestan lo mismo que 5.55555 libras? Y si la libra de papas se vendía a B/.0.40, ¿debo calcular por mi cuenta cuánto me deben cobrar por un kilo para que me entreguen la misma cantidad de papas bajo el sistema métrico? Peor aún si el tendero engaña al comprador asegurándole que sus anteriores 5 libras de papas equivalen a 2.21 kilos ahora y le entrega casi ½ libra menos, por el mismo precio anterior.

Cierto que muchos piden gasolina por el monto total del precio de la compra, en lugar de hacerlo por la cantidad del combustible. Pero ¿cuántos estamos en capacidad de verificar que cuando se solicitan B/.20.00 de combustible y se despachan 16.2918 litros, se está dando la misma cantidad que cuando despachaban 4.31 galones?

Muy pocos tendrán el tiempo o la capacidad de hacer las verificaciones con cada compra y es entonces cuando los especuladores podrán aprovechar el cambio para obtener su provecho. Ya sucedió cuando se estableció el impuesto sobre las ventas, el ITBM, y luego el impuesto a los servicios, el ITBMS. Lógico que el impuesto aumentara el costo para el comerciante, pero solamente hasta el monto del impuesto y no más; sin embargo, constituyó una injusta oportunidad para aumentar precios más allá del impuesto. Un producto que antes pudo costar B/.5.50 y con el impuesto debió quedar en B/.5.71 (B/.5.50 + B/.2.11), resultó redondeado en la factura a B/.5.75. En este ejemplo el comerciante ganó un incremento adicional de B/.0.04 con cada venta, dinero que hizo pagar injustamente al consumidor.

Pienso que algo similar ocurrirá con el cambio al sistema métrico decimal de medidas. Es una obligación que adquirió nuestro país desde 1997 cuando ingresamos a la Organización Mundial del Comercio pero debió ser implementada a cabalidad desde octubre del año pasado; sin embargo, fue pospuesto hasta el 12 de diciembre pasado y, por segunda vez, hasta esta semana. Ya comenzó el cambio obligatorio y debemos estar preparados. Pero corresponde especialmente a las autoridades respectivas proteger con eficiencia a los humildes que son los más vulnerables.

EXDIPUTADA DE LA REPÚBLICA.

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