• 23/03/2013 01:00

Entre el deber y la rebelión

E xisten en el corregimiento de Ancón tres comunidades ubicadas detrás del vertedero de basura Cerro Patacón: Kuna Nega, El Valle de San...

E xisten en el corregimiento de Ancón tres comunidades ubicadas detrás del vertedero de basura Cerro Patacón: Kuna Nega, El Valle de San Francisco y La Paz. El primer asentamiento humano en esa área fueron los Gunas. Por los años 80, el Gobierno Nacional adjudicó formalmente a la Asociación Kuna Nega, 18.5 hectáreas entre Cerro Mocambo y Cerro San Francisco. Después han llegado comunidades a sitios cercanos. Tal es el caso de la barriada El Valle de San Francisco, integrada por latinos y por residentes emberá.

Durante el periodo presidencial de Martín Torrijos, Balbina Herrera, entonces ministra de Vivienda, reubicó, después de un voraz incendio, 50 familias de Curundú en un globo de terreno. Actualmente hay alrededor de 1,000 casas en La Paz, como actualmente se le denomina a ese lugar.

Una gran población de los moradores de El Valle de San Francisco son pepenadores, personas dedicadas a la recolección y reciclaje de basura como medio de subsistencia. Los pepenadores se encuentran al margen de las políticas públicas y a merced de liderazgos que los explotan.

El trabajo dignifica pero, ¿cómo calificaríamos este trabajo que ni siquiera está organizado ni entra en un plan social? La existencia de esos pepenadores es una cachetada a todos los que nos han gobernado y al modelo neoliberal.

Desde que se creó la Autoridad Nacional de Aseo, la cosa está peor. Tienen la facultad de tercerizar algunos servicios. Los carros de recolección pareciera que los compraron de segunda. A través de la ciudad, por donde transitan, dejan una estela de olores nauseabundos. Cuando recogen la basura lo que se les cae de las bolsas lo dejan en la calle y en vez de limpiar, dejan sucia el área.

El otro grave problema que tienen las tres comunidades es que escasea el agua. Sobre todo en El Valle de San Francisco y La Paz. Las viviendas en El Valle de San Francisco están en muy malas condiciones.

Los niños de las comunidades ubicadas detrás del vertedero se llenan de alergias y las personas tienen que ir a bañarse al río Mocambo, que fluye hacia la salida del Canal de Panamá, contaminado por la cercanía al vertedero de basura. En ese río también lavan sus ropas.

Para la solución del agua, hace falta solo la voluntad política de gestionar la infraestructura, equipos y accesorios que les permitan a estos panameños tener agua potable las 24 horas del día. ¿Dónde está el representante de corregimiento de Ancón, cuya familia ha estado en el poder durante 15 años consecutivos? Solo se aparece en esas áreas poco antes de eventos electorales a regalar materiales de construcción o resolver la concreta del día.

¿Dónde está la alcaldesa de Panamá? Ahora que se avecinan las internas del CD, emplea los fondos del municipio capitalino para personalizar un trabajo que es su obligación y por el cual le pagamos.

La solución del agua potable a miles de familias no suma un millón de dólares. ¿Cuánto han gastado en la primera línea del Metro? ¿Es correcto y humano gastarse $1,800 millones en el Metro, mientras hay comunidades que tienen mayores urgencias?

¿A quién van a engañar hablando del crecimiento económico? Ese crecimiento no permea. ¿Cuál es el desarrollo del que habla Martinelli? Lo importante para desarrollar un país es el capital humano y aquí lo están involucionando para conveniencia de unos pocos grupos.

Despertemos a nuestra realidad y no creamos más en promesas maquilladas con el marketing extranjero de las campañas electorales.

El Frente por la Democracia definió la ruta hace un tiempo atrás. Si no vamos hacia la Constituyente, una explosión social inimaginable nos espera. El modelo económico ya no da más, hay que cambiarlo. El sistema de justicia no funciona. No podemos continuar con el sistema presidencialista, porque todos los Órganos del Estado están a merced del gobernante de turno.

Caminemos hacia la unidad de verdad, que es la unidad del pueblo. La unidad de todos los actores políticos y sociales que amamos a este país y a nuestra gente. No tengamos miedo, y denunciemos lo que está mal para que no se hagan realidad las palabras de Thomas Jefferson, quien dijo que ‘cuando la injusticia se convierte en ley, la rebelión se convierte en deber’.

MIEMBRO DEL PRD.

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