• 02/09/2013 02:00

Arnulfo Martinelli Camaño

Ayer, domingo primero de septiembre, se cumplieron 24 años de la desaparición del profesor Arnulfo Martinelli Camaño. Arnulfo fue un ver...

Ayer, domingo primero de septiembre, se cumplieron 24 años de la desaparición del profesor Arnulfo Martinelli Camaño. Arnulfo fue un verdadero hijo de nuestro pueblo y el barrio de Santa Ana fue el patio que lo vio crecer.

Hoy, quiero recordar tan solo algunas cosas: 1) Cuando Carlos Alberto González Palomino (q.e.p.d.) —quien a través de su visión hecha arte contribuyó con nuestro amor a la patria— nos dijo que a Arnulfo le decían ‘Costillita’ por lo flaco que era, no obstante su condición, era un niño intrépido, valiente. Sus tacos de jugar fútbol eran sus pies y el uniforme su espíritu combatiente.

El mismo uniforme que vistió en la gloriosa gesta del 9 de Enero de 1964, fecha en que reclamamos nuestra soberana presencia de la patria, como dijera nuestra gran poetisa Diana Morán. 2) Cuando en la casa del profesor Mendoza nos propusimos, como Círculo de Educadores Físicos (agrupación creada el 19 de abril de 1974 en el Instituto Nacional, siendo Arnulfo uno de sus fundadores), forjar una corriente que contribuyera con nuestros ideales de formar un frente con el objeto de crear una opción política verdaderamente popular; una opción genuina de nuestro pueblo, que luchara por los intereses de nuestra nación, en fin, por los intereses de los explotados del mundo.

El primero de septiembre de 1989, unos tres meses antes de la inhumana invasión norteamericana, se nos fue el compañero Arnulfo Martinelli Camaño, por lo que decidimos ponerle su nombre al Círculo de Educadores Físicos (CEF), quedando, desde entonces, como Círculo de Educadores Físicos Arnulfo Martinelli (CEFAM).

Un tiempo atrás me dije que si no somos capaces de construir nuevas alternativas no merecemos la libertad para soñar; a sabiendas, claro está, de que ‘es preciso soñar, pero con la condición de creer en nuestros sueños. De examinar con atención la vida real, de confrontar nuestra observación con nuestros sueños y de realizar escrupulosamente nuestra fantasía’ (V.I. Lenin).

Estoy seguro —así lo creo, así lo pienso y así lo digo— de que el compadre Arnulfo, Costillita, donde quiera que se encuentre, estará abonado en agradecimiento al ver hoy realizada una de nuestras fantasías: el alumbramiento del Frente Amplio por la Democracia (FAD).

¡Compadre Arnulfo, renació la esperanza! ¡Nos hemos ganado la libertad para soñar! Y, siguiendo tu ejemplo, continuaremos haciendo armas hasta después del destierro de nuestro último aliento.

*DOCENTE UNIVERSITARIO.

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