El ático

‘NO TODOS SON MALOS’... Es la defensa tímida de una mujer a los miembros de la Policía Nacional, principalmente, que son quienes están en el ojo de la tormenta. Pero no por tímida carece de valor, por el contrario, pues habla de la mayoría de un grupo humano, muy grande, con el que fácilmente todos tenemos alguna relación familiar —por parentesco directo o político— o por amistad. Y es que como en todo, los buenos son la mayoría; los malos, una minoría, ni siquiera representativa, pero que hace tanto daño que opaca a los demás, que cada día se esfuerzan por hacer su trabajo respetando las leyes y las reglas. El problema aquí es el esfuerzo que hacen esos pocos en el camino equivocado y el que hacen las autoridades en beneficio de esas manzanas podridas que dañan al resto en la canasta y en la sociedad en general. Porque, al pretender ‘protegerlos’, lo que hacen es desenmascarar corruptos, que se engrandecen ante la garantía de impunidad. En lo posible ‘los buenos’, la ‘mayoría’, deben defender sus instituciones y a sí mismos, y la mejor manera es hacer su trabajo: PROTEGER Y SERVIR, pero bien. ¡Que se vean los buenos!