• 11/01/2014 01:00

Unidad solo con lo mejor

Un país de tierras fértiles y llenas de agua, paisajes tropicales hermosos, de gente talentosa, siendo un territorio pequeño y estrecho,...

Un país de tierras fértiles y llenas de agua, paisajes tropicales hermosos, de gente talentosa, siendo un territorio pequeño y estrecho, los dioses nos colocaron en un lugar privilegiado de la geografía universal. Nuestro destino nos lo impone esta ubicación. Pero esa misma posición nos hace objeto de las ambiciones económicas de muchas empresas, que naturalmente quieren participar de las ventajas de esta encrucijada de mar y tierras.

Ha sido positivo que aquí haya llegado gente de todo el mundo, que crea un ambiente sociológico de cooperación, supervivencia y participación. A pesar de tener problemas y limitaciones comunes, siempre ha sido más difícil ponerse de acuerdo hacia dónde vamos, Quo Vadis, y cómo vamos. Depender de nosotros mismos aquí y protegernos de las expectativas explotadoras de piratas y oportunistas de ‘pro mundi beneficio’.

Es decir, crear nuestra independencia y confiar en nuestro propio nacionalismo y socialización; sin ingenuidades, ni oportunismos militares. Cimentar nuestra organización y estructuras, confiando en nuestro propio valor y capacidades. Crear conciencia cívica popular. Nuestro oficio de tránsito tiene mil subproductos de servicio, que tenemos que habilitar y perfeccionar. Probablemente nadie tenga las condiciones, ni la experiencia que tenemos aquí para desarrollar esas tareas de logística, distribución y transporte. En nuestro devenir histórico y con variantes circunstanciales esta ha sido guía para varios gobernantes en el pasado. Las dificultades han estado en el criterio individualista o sectario de algunas elites y en la baja autoestima de entregar nuestros patrimonios para la explotación de otros, aún disfrazados de populismo. La intervención de las potencias colonialistas fue una etapa del pasado, pero aún sus tentáculos pretenden incidir en acuerdos, tratados y convenios que tienen que ser analizados estrictamente para lograr un balance justo y respetuoso de común conveniencia.

Cuando de costos vitales se trata, seguridad alimenticia, banca, área fiscal, aranceles, importaciones, tecnología hay que proteger lo nuestro, blindándolo ante imposiciones o presiones. El Tratado del Canal y de neutralidad nos mantiene aún en calidad de protectorado y condicionantes, limitando nuestras soberanas decisiones, por el falso y débil nacionalismo de la dictadura. Presiones de OCDE y TLC contra el centro financiero y los productores nacionales atentan contra nuestros productores.

Las ideologías políticas, y más que eso los intereses egoístas y codiciosos mercantiles, inciden en la paz y estabilidad social de la comunidad, cuando se apoderan de la praxis política electoral. Desafortunadamente, desde antes de la dictadura, en la dictadura y, más recientemente, el criterio mercantil de manejo gubernamental ha significado corrupción, despilfarro, juegavivo, enriquecimientos ilícitos.

La audacia, habilidad y maniobras del sector empresarial y comercial en conseguir dinero sea de impuestos, préstamos o ventas de patrimonios ha sido evidente. Esas virtudes en los negocios privados derivan en ganancias a los propietarios, pero al manejar los recursos del Estado pareciera que igualmente beneficia los empresarios, políticos, amigos y se margina a los dueños del Estado, que somos toda la población.

Estas deformaciones atentan contra la lealtad de principios y no da ninguna garantía de seguridad a ningún gobierno. Por otra parte los gobiernos, la administración pública, el país, pierde prestigio y credibilidad. El civismo y patriotismo no han logrado imponer prácticas como capacidad, honestidad, solidaridad, eficacia, democracia participativa. Y esta es la tarea que deben adoptar todos los partidos políticos.

El progreso económico es un motor del bienestar general, pero tiene que llevar un fuerte contenido de desarrollo social y no únicamente de crecimiento económico basado exclusivamente en la ganancia de un sector. Las capas económicas, que siempre han estado gobernando con sus partidos políticos y ahora directamente los comerciantes más mercantilizados, han asumido el poder, reflejan esas posiciones de dependencia internacional y estrecho objetivo clasista de únicamente aspirar a su crecimiento económico al margen del desarrollo social y cultural general del país. Todos los partidos políticos han seguido ese patrón.

La llamada sociedad civil, los profesionales, los trabajadores, los intelectuales, los hermanos indígenas, toda la población, no podemos continuar gateando tras bolsas de comida, tránsfugas, publicidad, encuestas manipuladas, dependencia de partidas circuitales, y poniendo los cadáveres en los enfrentamientos policiales (Colón, Boca del Toro, Ngäbe Bugle).

Hay que depurar la política y erradicar todo signo de ilegalidad y violencia.

La autocrítica y la filtración y selección de las listas de candidatos en cada partido, sería un paso favorable al prestigio de la política. Últimamente ha sido obvia la dedicación de los mismos grandes empresarios vinculados a esas esferas de los sectores monetarios (CD, PRD) con nombres muy conocidos de donantes de la oligarquía mencionada, como enriquecida ilegalmente.

Solo hacen exclusión el FAD por su formación laboral, y en menos grado el panameñismo, que ha sido víctimas de los grupos de derecha, los militares y de USA. (Golpes de Estado, rupturas, muertes y exilio). La perspectiva económica del país es el elemento que ve prioritario en el panorama electoral local. Pero justamente este debe ir orientado, urgente y efectivamente de un desarrollo social, educativo, laboral y alimenticio y de una nacionalismo firme ante el pro mundi beneficio, para lograr conciencia cívica y patriótica de la población, siguiendo el modelo y propuesta del 9 de Enero 1964, hacia un Panamá mejor.

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

—RECONOCIMIENTO A LOS SOCIOS Y EXSOCIOS 20-30.

—EN MEMORIA DE GUILLERMO ENDARA.

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