Hacia un Año Nuevo sin frustraciones

Actualizado
  • 02/01/2020 00:00
Creado
  • 02/01/2020 00:00
Empieza hoy el nuevo año. En el mundo exterior la diplomacia está supeditada a los rigores de la violencia y de los intereses creados y en el mundo interior. En Panamá, aún el gobierno no supera la acción rutinaria, administrativa y el país corre el peligro de caer en la vorágine tradicional de la frustración.
Hacia un Año Nuevo sin frustraciones

El año 2004 ha terminado con el mundo en la sala de cuidados intensivos. Lo que es peor, esa sala de recuperación no tiene un médico de cabecera efectivo. Lo pudo haber tenido si los esfuerzos pacifistas de Estados Unidos, llevados a cabo para crear la Organización de las Naciones Unidas, no hubieran tropezado con un Estados Unidos guerrerista. Esta realidad tan contradictoria explica el por qué el cierre de año ofrece un saldo de desasosiego mundial. El Oriente Medio es uno de los epicentros críticos de las desventuras que padece el orbe. La guerra de Irak significa el desbordamiento de la maldad humana y la consagración de los grandes intereses como motor de todas las discordias. Y como telón de fondo de los días finales del año que muere, la hambruna de los pobres de todas las latitudes denuncia amargamente la absoluta insolidaridad de la especie. El hambre y la guerra, he allí los dos faros que alumbran el nacimiento del 2005.

Entre las tareas del 2005 en el mundo exterior hay una de urgencia indeclinable, tan importante como enfrentar la pobreza. Me refiero a la necesidad de vigorizar las Naciones Unidas, como organismo realmente corrector de todas las violaciones de la ley internacional. Con unas naciones unidas sin poder coercitivo, todas las "hojas de ruta" son simples enunciados líricos de una diplomacia de doble o de ninguna moral.

Esta tarea es gigantesca porque su éxito dependerá del previo renunciamiento de los imperios a la pretensión de que sus intereses deben siempre prevalecer y que ellos están por encima de las normas del derecho. Si no existe expresamente ese renunciamiento y si en la práctica no se respeta la igualdad y la soberanía de los Estados, toda organización protectora de la paz carecería de eficacia y de razón de ser.

Siempre he pensado que la soberbia o prepotencia es una actitud disolvente de la armonía tanto entre personas como entre naciones. La soberbia es tan repulsiva, que entre personas es causa de distanciamientos y entre naciones es el origen de la anarquía. Una nación es soberbia cuando fundada en su poderío desdeña el ordenamiento jurídico como garante de la paz. Los gobiernos de Londres, Washington y Madrid fueron soberbios cuando inventaron la defensa preventiva con premisas falsas y violaron la Carta de las Naciones Unidas para atacar a Irak. Esa prepotencia ha tenido efectos tan desastrosos, que el año 2004 ha cerrado con más de 100 mil civiles muertos, en total, en la guerra de Irak.

Al convertirse la Carta de las Naciones Unidas en un texto vacío de autoridad moral, es lo que explica que el mundo de hoy se encuentre en la sala de cuidados intensivos, con pronósticos reservados y sin médicos de cabecera.

En lo interno, el año 2004 terminó con muchos episodios significativos; el más importante está representado por la alternancia presidencial. El sistema político panameño descansa hoy en el poder de las urnas. El fantasma del golpe de Estado tan profuso a partir de 1968 ha desaparecido del escenario. No hubo, desde esa fecha, comandante de la fuerza pública que no diera un golpe contra su Presidente de turno.

Un hecho de gran significación democrática se observa en el respeto que a partir del gobierno de Endara se ha tenido por las ideas políticas. En los últimos 15 años no ha tenido el país ni exiliados ni encarcelados ni asesinados por sus convicciones políticas. Se debe apreciar esta realidad como prueba de la madurez política alcanzada al desaparecer la dictadura militar que se inició el 11 de octubre de 1968. En el año 2004, a pesar de tantas controversias políticas, no se presenció un solo caso de violación de los derechos humanos por razón de las diferencias partidarias. El suceso es motivo de tranquilidad ciudadana.

Es igualmente importante destacar que ante las gestiones del nuevo gobierno, la sociedad ha abierto un paréntesis de espera o ha otorgado un voto de confianza, por cierto bastante prolongado. Es visible que ese paréntesis lo ha aprovechado el régimen para estrenar una política de denuncias selectivas –solo contra sus adversarios– a cambio de la esperada ejecución de sus promesas electorales, sobre todo las de carácter social.

Es de exigir que todos los procesos penales se desarrollen con transparencia y objetividad, sin que se proyecte la imagen que la justicia camina de la mano de la persecución. Felizmente, en homenaje a la justicia limpia en la etapa sumarial y en otras de carácter legal, hoy comienza sus labores la primera mujer en la historia del país que ocupa la titularidad de la Procuraduría General de la Nación. Se trata de una profesional que solo se someterá en su alto ministerio a los dictados de su conciencia jurídica. La conciencia jurídica es freno a las persecuciones y a las impunidades. Valga apuntar que nunca una funcionaria ha estado precedida, con motivo de su nombramiento, de tanto respaldo moral y de tantas expectativas.

Empieza hoy el nuevo año. En el mundo exterior la diplomacia está supeditada a los rigores de la violencia y de los intereses creados y en el mundo interior –en Panamá– aún el gobierno no supera la acción rutinaria, administrativa y el país corre el peligro de caer en la vorágine tradicional de la frustración. La patria vieja, la patria nueva, la patria sin apellidos electorales, la patria de todos, espera, al nacer el año 2005 el impulso gubernamental para las grandes realizaciones con perfiles humanos, sociales e históricos.

Mientras ocurra lo que el pueblo espera o no espera, deseo a mis lectores un feliz Año Nuevo.

Publicado originalmente el 1 de enero de 2005.

Hacia un Año Nuevo sin frustraciones
FICHA
Un vencedor en el campo de los ideales de libertad:
Nombre completo: Carlos Iván Zúñiga Guardia
Nacimiento: 1 de enero de 1926 Penonomé, Coclé
Fallecimiento: 14 de noviembre de 2008, Ciudad de Panamá
Ocupación: Abogado, periodista, docente y político
Creencias religiosas: Católico
Viuda: Sydia Candanedo de Zúñiga

Resumen de su carrera: En 1947 inició su vida política como un líder estudiantil que rechazó el Acuerdo de bases Filós-Hines. Ocupó los cargos de ministro, diputado, presidente del Partido Acción Popular en 1981 y dirigente de la Cruzada Civilista Nacional. Fue reconocido por sus múltiples defensas penales y por su excelente oratoria. De 1991 a 1994 fue rector de la Universidad de Panamá. Ha recibido la Orden de Manuel Amador Guerrero, la Justo Arosemena y la Orden del Sol de Perú.

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