Ofrendas, discursos y protesta en la romería al cementerio

  • 03/11/2015 01:00
Gritando consignas, un grupo de jubilados dio la bienvenida al mandatario. Los oradores hacen referencia sutil a la corrupción

La caminata realizada ayer por el presidente Juan Carlos Varela y su gabinete, desde la Catedral Metropolitana hasta el Cementerio de Amador, hizo rememorar los mejores momentos de la pasada campaña electoral, sobre todo cuando las circunstancias (la caída en las encuestas de popularidad) lo obligan a aprovechar cada oportunidad para ‘ganar puntos'.

Interminables fotografías, estrechones de manos, besos y niños en brazos fueron deteniendo la caravana de ministros, ya retrasada, durante el pequeño trayecto de apenas un kilómetro.

Al llegar al Cementerio Amador, el grupo fue recibido por una manifestación de jubilados que reclaman desde el 2011 el pago de prestaciones caídas.

‘Levanten sus carteles, que viene el presidente. Que vea que no estamos muertos', ordenaba Héctor Ávila, uno de los líderes de la protesta, a sus camaradas.

Al verlos, el mandatario se mostró cordial, pero a la distancia. Un saludo breve, excusado por la premura de los actos, le sirvió para evitar promesas, ser atrapado en largos diálogos o arruinar el programa de seguridad o alborotar a los ya agitados manifestantes.

OFRENDAS Y DISCURSOS

La sobriedad del protocolo de los actos de romería dio pie a solo tres puntos: la ofrenda floral, el discurso de un orador y el canto del Himno Nacional.

En el cementerio Amador yacen los restos de los más importantes gestores de la separación de Panamá de Colombia y una larga lista de personalidades nacionales y extranjeras que han ocupado un lugar privilegiado en la historia panameña.

Uno de estos personajes es Manuel Amador Guerrero, primer presidente del país, y a cuya tumba, por tradición, cada mandatario en turno lleva una ofrenda floral el Día de los Difuntos.

El orador de fondo fue Rubén Castillo, quien de manera sutil reclamó al Gobierno y a la sociedad que la corrupción haya secuestrado a los partidos políticos.

—No debemos permitir que los partidos se conviertan en órganos para el delito, ni que desde éstos se hipoteque el futuro de nuestra nación—, dijo Castillo con firmeza.

Tras pasar por la tumba de Manuel Amador Guerrero, le correspondió el turno de recibir honores, de acuerdo con el protocolo, a los soldados de la Independencia.

El micrófono estuvo destinado en esta ocasión, a Manuel Antonio Cambra, orador designado por el Consejo Municipal, cuyo discurso se centró en la historia del cementerio y en la necesidad de rescatar la historia, arte y cultura por medio del fortalecimiento educativo.

‘La historia nos dice quiénes somos, qué somos y qué queremos ser... Conocer la historia de Panamá es conocer nuestra genealogía', dijo Cambra.

Los actos culminaron, como indica el protocolo, con el canto del Himno Nacional.

Al llegar a la última nota, la multitud rompió el cordón de seguridad y se avalanzó hacia el presidente.

Muchos querían ofrecerle sus productos (flores, billetes de lotería, etc.). Otros, posar con él para una fotografía, momento que a nadie negó.

HISTORIA DEL CEMENTERIO

Fue creado en el siglo XIX por el mariscal Alejandro Hore

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