Las acciones de la Contraloría se dan tras más de un mes de huelga en el sector docente que arrancó formalmente el pasado 23 de abril
Samuel Moreno: 'Probablemente podremos cerrar el año con una tasa de desempleo entre un 10% y un 12%'
- 19/03/2021 00:00

En agosto de 2019 había 293,398 servidores públicos. Durante la administración de Laurentino Cortizo se ha dado cuenta del significativo aumento de la planilla estatal. Son más de 362 mil funcionarios entre los que se cuentan de libre remoción y aquellos bajo leyes especiales o ajustados a la carrera administrativa. Todo esto mientras que en la empresa privada durante la pandemia se perdieron 289 mil empleos (2020). Como si fuera poca cosa, el empleo informal escaló al 52%. Este modelo económico es insostenible. Primero, porque la idea no es que el gobierno se convierta en el mayor empleador –que probablemente a raíz de la pandemia ha requerido de personal para los programas sociales–, sino que su rol sea de un facilitador de los negocios. Segundo, porque tocar la puerta de los organismos internacionales para hacer frente a más de $2,4 mil millones en salarios para la vigencia presupuestaria del corriente no tiene sentido para los economistas. En contraste, el año pasado la tasa de desempleo cerró en 18,5%, cifra que Samuel Moreno, director del Instituto Nacional de Estadística y Censo y presidente del Colegio Nacional de Economistas, responde a esta situación. Sobre el comportamiento de la economía, Moreno ve una mejor perspectiva al cierre del presente año. Según sus proyecciones, para diciembre del corriente la tasa de desempleo podría bajar a un 10% o un 12%. La ambiciosa cifra se deriva de un control óptimo de la pandemia y el avance en el proceso de vacunación, lo que brindará más confianza a los empresarios para invertir y atraer capital extranjero a través de las Asociaciones Público-Privadas que empiezan a dar sus frutos en algunas zonas del territorio.
Tenemos que partir de que sin duda en 2020 y con la llegada de la pandemia en marzo de ese año, la economía ha tenido un resultado muy complejo que desde el punto de vista de las métricas nos pone en una caída de -17,9%. Eso se ha debido, sobre todo, a que nuestra economía esta focalizada a clusteres de servicios. Cinco clusteres que representan el 52,9% del producto interno bruto (PIB), cayeron. Por ejemplo, la construcción cayó 52,2%, el comercio al por mayor y por menor, la industria de productos manufacturados, el transporte y almacenamiento, y sin duda el sector más golpeado fueron los hoteles y restaurantes. Todos con tasas negativas; es el contexto que el año pasado nos llevó a tener una tasa de desempleo de 18,5% y un aumento de la informalidad de 52,8%.
Me habló de la planilla, y ciertamente el empleo de la administración pública y la otra parte del empleo lo genera el sector privado. En esta pandemia el gobierno ha tenido que enfrentar una situación compleja de sostener empleos. Ese sostenimiento en una primera etapa llevó al pago de leyes especiales como a médicos y educadores, porque ese eslabón de empleo a través de medidas especiales lleva sobresueldo, pago de horas extras y se hizo un gran esfuerzo. Con la pandemia hay un gran desafío en ese sentido.
Hay una gran tarea que tenemos que reflexionar como ciudadanos. Lo que ha tocado ahora es sostener empleos, sobre todo en el campo del sector público, pero ahí viene una discusión sensata, compleja, seria, sobre lo que los economistas llamamos haber culminado un ciclo de trabajo, porque tenemos muchos casos de personas que ya han culminado su ciclo de trabajo, algunos jubilados, hay una gran tarea de recomposición. Sin embargo, en este momento en que el sector privado consolidó una desvinculación de un poco más de 289 mil contratos, de los que a la fecha de marzo de 2021 se han incorporado un poco más de 130 mil contratos de este sector, y que se espera que al cierre de marzo alcancemos unos 153 mil empleos recuperados, hay dos tareas que tenemos que ver en contexto: empleos formales que tenemos que salvar y los nuevos empleos, y estos últimos tienen que venir, sobre todo de un plan de inversión del gobierno. Puede ser en proyectos de infraestructura, la línea 3 del Metro que en la primera etapa va a generar unos 5 mil empleos, por ejemplo, y proyectos de Estado que tienen que venir del plan de inversión que no solo toque proyectos macro, sino en provincias, distritos y corregimientos para viabilizar esa corriente de empleos que necesitamos. Nuestras recomendación en ese sentido es iniciar con un plan de caminos de penetración, arreglos de escuela, ornatos, para activar los empleos. Se ha avanzado en la descentralización para habilitar los recursos para que los alcaldes puedan administrar los proyectos en esos eslabones.
Coincido en que tenemos que entrar en un fomento de participación de la empresa privada más agresivo. Se han hecho algunos esquemas legislativos como la Ley de Asociación Público-Privada que ha sido reglamentada y creo que hay ciertos espacios para fomentar este tipo de proyectos a nivel nacional. Por ejemplo, hablamos de que tenemos puertos modernos, y es verdad, son competitivos, pero no tenemos una infraestructura adecuada de puertos eficientes, sobre todo en las provincias del interior, Veraguas, Coclé, Chiriquí, que de alguna manera hay que hacerlos más competitivos para efectos de las exportaciones. Gran parte de la estructura pesada, de la logística interna hace que nuestros productos no sean competitivos.
Habría que hacerlas en alianza público-privada e incentivar al sector privado en estos proyectos a lo largo del país.
En primer lugar, debo decir que en el caso de Panamá, con la métrica de las 450 mil dosis de la vacuna, hasta el 11 de marzo habían llegado 54%, es decir 287,680 dosis, y el 64% se ha vacunado. Panamá está entre los líderes en vacunación solamente superado por Estados Unidos y Chile, y a nivel mundial ocupamos uno de los primeros lugares en vacunación. Eso indica que la bruma se va dispersando, y eso hará que haya confianza desde el punto de vista del sector privado. Por ejemplo, en el caso de Barú, ya hay una empresa de Estados Unidos junto a empresas panameñas para hacer un puerto competitivo. Esa misma iniciativa se puede copiar en otras provincias. Al final se trata de confianza, consumo interno que despegue, viabilidad y reglas claras para la empresa privada, este conjunto de elementos hace un buen espacio. Debo decirle que la formación bruta de capital, que es la inversión de todo el capital en Panamá, que por años ha venido en las últimas métricas en un poco más de $17 mil millones en inversión, un tercio de esa inversión viene del extranjero. Hay regímenes importantes, por ejemplo, el procesamiento de productos manufacturados, ya hay varias empresas interesadas en ese régimen que puede ser un atractivo para esas inversiones.
En 2020 cayó la inversión extranjera en -43%. Lo vamos a recuperar en 2021, y es donde tiene que venir un plan agresivo de la administración pública y generar confianza en la inversión privada local que ha tenido muy buena habilidad para los negocios.
En el caso de las empresas recién podemos decir que a través del Ministerio de Comercio e Industrias se trabaja en un diálogo para generar una legislación que busque ese apalancamiento para ciertas empresas. Hay un tema de insolvencia y liquidez. Normalmente puede haber problemas de liquidez, no de insolvencia; cuando hablamos de este último, los activos existen, el problema es generar líneas de crédito específicas para generar la liquidez y que las empresas puedan proveer bienes y servicios, y buscar actividad económica.
Para 2021 vamos a realizar la encuesta de mercado laboral. En este momento estamos haciendo la planificación para el dato de cuánto sería la métrica semestral de 2021. La que hicimos en diciembre fue importante, pero tuvimos que hacer una reingeniería debido a que la encuesta se hacía presencial, tuvimos que migrar a telefónica, pero con buenos resultados. La que tenemos planeada hacer del mercado laboral, queremos hacerla presencialmente en el mes de agosto.
Nosotros estamos explorando acortar el cuestionario y hacer una encuesta trimestral laboral, estamos en la planificación ya que tenemos la infraestructura para hacer esa encuesta.
Ahí hay un gran desafío, recuerde que hay actividades que apenas están reabriendo, incluso algunas que ya abrieron pero no tienen la necesidad de hacer más contrataciones por el tema de consumo.

Una vez que el tema de las vacunas nos lleve a una inmunidad de rebaño, muchas actividades se desarrollarán por completo.
Nosotros cerramos 2020 con una tasa de desempleo de 18,5%, esperamos que esto mejore y probablemente podamos estar cerrando el año con una tasa de desempleo entre un 10% y un 12%.
Yo creo que hay grandes desafíos. La banca panameña ha cerrado un año con una situación muy compleja porque cayeron las utilidades, se habla de una pérdida de aproximadamente $843 millones. Desde el punto de vista de la cartera crediticia cayó 4%, sin embargo, los depósitos aumentaron, eso se debe a que gran parte de los préstamos del gobierno entraron al circuito, más la propensión de las familias al ahorro ha llevado a los depósitos. Eso quiere decir que hay liquidez. La habilidad sería incentivar el tema del crédito para las empresas que planean reabrir y en caso de endeudamiento, sin duda muchas personas que tienen préstamos de automóviles, hipotecarios, se han dado un poco más de un millón de replanteamientos entre cliente y banco, sin embargo, hay una fecha que es el 30 de junio. Esperamos que haya nuevamente un diálogo en ese sentido para viabilizar cierto porcentaje de personas que a ese momento no estarían disponibles para hacer frente a los pagos.
Creo que deben venir estrategias conjuntas, tanto del regulador como de la administración pública, y los bancos que han mantenido la moratoria. Esperamos que al cierre de 30 de junio haya un replanteamiento, sobre todo para aquellos ciudadanos desempleados que no tengan los ingresos para cumplir las obligaciones.
La administración pública ha planteado $150 millones para las micro y pequeñas empresas, y una cantidad igual para la agricultura. Coincido que este es un tejido especial y esta tramitología debe ser más eficiente para que las empresas accedan al crédito y activen sus negocios. Es ahí en las empresas pequeñas y medianas en que se encuentra la gran cantidad de empleo. ¿Y qué decir de la informalidad? Está en 52,8%, eso nos pone la expectativa que tenemos en valor absoluto unas 770 mil personas en la informalidad y debe venir un plan interesante desde la administración pública para el emprendedor que necesita apalancamiento financiero o para las personas informales que necesitan una preparación específica.

Desde el punto de vista económico, al ser una economía tan atípica como la nuestra, que no tiene banca central, sin duda el país tendrá que seguir buscando líneas de crédito internacional. Del lado de los impuestos nuestra recomendación a corto plazo no es la vía. Sin embargo, sé que hay algunas iniciativas por parte del MEF de buscar algún ingreso relacionado a la parte tecnológica, algunas plataformas digitales que sería también interesante imputar este tipo de actividades para mejorar las finanzas públicas.
Como Netflix, Uber, acuérdese que con la primera un abonado lo hace con la transnacional y el pago se hace a través de un banco local, por lo que habría que buscar la fórmula de cómo hacer el cobro además del servicio, imputar un impuesto para el fisco. No sé de cuánto será, está en discusión el porcentaje. Hay que ser muy fino para eso, pero ya muchos países como Brasil, Uruguay, Chile y Costa Rica han empezado a trabajar una política fiscal en este sentido que incluye redes sociales, como Twitter, Facebook, Instagram. Tiene que venir un balance adecuado para que no desincentive estas plataformas y la tecnología y que tengamos acceso, que ya se ha demostrado que es importante para la educación. Creo que la iniciativa es buena, hay que estudiarla. Hay que tomar en cuenta que Panamá es un país en la región que tiene la presión fiscal más baja, con esto no digo que aumente, pero el impuesto al consumo, por ejemplo, es de 7% cuando en otros países es más del 15%.
Recién en febrero, Fitch Ratings bajó la nota soberana de Panamá de BBB a BBB-, nos bajó pero aún manteniendo el grado de inversión. Eso nos pone en contexto a nosotros que el parámetro que toman las calificadoras para hacer sus evaluaciones son la pandemia y las finanzas públicas. En la primera, poco a poco vamos saliendo y eso puede reactivar los negocios y mejorar el tema de crecimiento económico. En el caso de las finanzas públicas, al 31 de diciembre de 2020 nosotros tenemos una deuda externa de $36,959.9 millones, y si le agregamos los meses que vamos de 2021, estamos en una deuda de $38,907 millones. Si medimos un indicador de deuda-PIB, si la deuda es a diciembre el PIB nominal que fue de 52,800 millones la relación es de 69,8%. El promedio latinoamericano ha llevado a tener un promedio entre 68,9% hasta 79,3%. Panamá está en 69,8%, un poquito más del mínimo en América Latina.
Sí, nosotros lo que planteamos es que para no perder el grado de inversión hay que hacer varias cosas. Primero, hacer una consolidación fiscal, eso significa tener reglas fiscales que respetemos a través de una ley, es decir, ponernos topes y tratar de buscar presupuestos equilibrados de priorizar gastos, mecanismos de austeridad en gastos.
Yo creo que se necesita un diálogo importante porque las finanzas públicas deben trabajarse a través de un presupuesto equilibrado de gastos e ingresos, y claro, como hemos venido cayendo y nos han bajado la nota, para no perder eso tenemos que ajustar las reglas fiscales, y lo otro es que gran parte de los negocios nuestros depende de inversión extranjera. Tenemos que hacer algo en un plan de acción sobre todo con el tema de la lista gris, de GAFI, que de las 40 recomendaciones que hacen, aún hacen falta tres desde el aparato financiero y cuatro desde los aparatos de los sujetos no financieros. Ahí hay que afinar el lápiz. La lista del GAFI observa el tema de la prevención de blanqueo de capitales y el terrorismo, ahí hay espacio para que nuestra imagen mejore. La otra lista, que es de la Unión Europea, que toca paraísos fiscales, ahí nosotros tenemos que afinar la estrategia para que la UE reconozca los elementos que estamos haciendo. En la parte fiscal nosotros manejamos renta territorial, sin embargo, estos países ven renta mundial, quieren alcanzar todos los países.