La fiebre amarilla es monitoreada en Darién

Actualizado
  • 18/04/2017 02:05
Creado
  • 18/04/2017 02:05
Según autoridades del Icges, aún no se han reportado personas con el virus, pero se investiga la presencia en primates no humanos

Si bien en Panamá no se han registrado casos de fiebre amarilla en la población desde 1975, actualmente se monitorea el virus en primates no humanos.

Así lo indicó el Dr. Blas Armien, investigador del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGES) durante un foro científico a inicios de este mes convocado por la institución.

CAPACITACIÓN CIENTÍFICA

‘El Departamento de Investigación de Enfermedades Emergentes está haciendo una capacitación en Metetí para fortalecer la vigilancia de primates no humanos', dijo el investigador del Icges.

Esta vigilancia en monos, agregó el Dr. Armien, se realiza en el país desde la década del 80, promovido por el Ministerio de Salud (Minsa) y hoy apoyada por el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y la Cancillería.

El tipo de vigilancia sobre la que se capacita es la ‘pasiva', que consiste en caminar y vigilar a los primates entre ellos, el mono aullador (Alouatta palliata).

Mientras que, una vigilancia ‘activa' consiste en la captura del animal y extracción de sangre para su análisis. Actualmente, se analizan muestras en el Icges, recogidas este mes en Darién.

CIFRAS Y CARACTÉRISTICAS

El Dr. Israel Cedeño, Coordinador Nacional de Vigilancia Epidemiológica Internacional del Minsa señaló que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), registró la presencia de fiebre amarilla en Brasil, Colombia y Ecuador, igual que Perú, Bolivia y Surinam.

El caso de Brasil se dio en Minas Gerais, lo que representó una situación alarmante por tratarse de un estado que no estaba considerado de riesgo, según el Dr. Cedeño.

Por su parte, el director del Icges, el Dr. Néstor Sosa, estableció los tipos de fiebre amarilla que existen: la selvática y la urbana.

‘Los mosquitos que transmiten el virus, Aedes Aegypti y albopictus, hacen el ciclo de la ciudad. El haemagogus y el sabetes, por su parte, son mosquitos típicos de la selva; en la selva panameña los hay y les gusta picar a los monos más que a los humanos', advirtió el científico.

Una vez que el mosquito pica a una persona, el virus de la fiebre amarilla entra a la sangre y se multiplica en los órganos del sistema retículo-endotelial: hígado, bazo y ganglios linfáticos.

Cuando la enfermedad es severa, añadió el Dr. Sosa, los órganos más afectados son el hígado y el riñón, algo que no pasa con el virus del zika o el dengue.

En el cuadro clínico, la fiebre amarilla se parece a cualquier enfermedad viral, pero tiene sus particularidades: fiebre, cefalea, dolor lumbar y en músculos, y vómitos.

El Dr. Sosa hizo hincapié al establecer que cuando un paciente presenta estos síntomas, además de ictericia, lo primero que hay que descartar es la fiebre amarilla.

Y concluyó apuntando que algunos estudios arrojan que por cada caso sintomático, hay de 7 a 12 asintomáticos.

‘El Icges está haciendo una capacitación en Metetí para fortalecer la vigilancia de primates no humanos',

DR. BLAS ARMIEN

INVESTIGADOR DEL ICGES

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