'El escuadrón suicida': un nuevo viaje cómico y villanesco de DC

Actualizado
  • 05/08/2021 00:00
Creado
  • 05/08/2021 00:00
La trama de esta nueva película traza las líneas de una nueva misión, con igual cantidad de peligros, pero con un grado más de diversión y momentos ingeniosos como Gunn ha demostrado que sabe hacer
La nueva cinta dirigida por James Gunn muestra un lado más colorido y cómico del grupo de villanos.
Suicide Squad de David presentó al grupo villanesco de los cómics a la pantalla grande.
Suicide Squad nace de una serie de cómics creados por Robert Kanigher y Ross Andru.

La nueva cinta del cineasta James Gunn (Los guardianes de la galaxia Vol. 1; Los guardianes de la galaxia Vol. 2), El escuadrón suicida (The Suicide Squad) se estrenó hoy en Panamá, luego de cuatro años de su anuncio. Esta nueva perspectiva del grupo villanesco de la casa de cómics DC se centra en los personajes Harley Quinn (Margot Robbie), Peacemaker (John Cena), Bloodsport (Idris Elba), King Shark (Sylvester Stallone), Rick Flag (Joel Kinnaman), Dick Hertz (Pete Davidson), Sol Soria (Alice Braga), Ratcatcher (Daniela Melchior) y la siempre icónica Amanda Waller (Viola Davis).

La cinta, que contrasta con la obra original de David Ayer, Escuadrón suicida (Suicide Squad, 2016), tanto en su ritmo narrativo como en personajes y colorización (brindando mayor brillo a la pantalla, en vez de una cortina de humo que presentaba Snyder), es un regreso a un viaje cómico y villanesco a través de las páginas de los cómics de DC.

Su guion, realizado por Gunn también, realza su estilo de storytelling dando guiños a las ediciones de cómics originales, incluyendo escenas de acción más allá de lo común y un desarrollo de personaje que busca mostrar la realidad de quiénes son y porqué ellos “se mueren” por salvar al mundo.

La trama de esta nueva película traza las líneas de una nueva misión, con igual cantidad de peligros, pero con un grado más de diversión y momentos ingeniosos como Gunn ha demostrado que sabe hacer. Hay que recordar que esta nueva versión está considerada una obra mitad secuela y mitad reboot de la obra original de Ayer, por lo que algunos personajes regresan a sus posiciones, mientras trabajan en su química con los nuevos reclutas del escuadrón.

Waller sigue siendo la jefa de la unidad, planeando utilizar a “lo peor de lo peor” para hacer frente a nuevos enemigos que buscan azotar a la Ciudad Gótica. Dentro de la narrativa de la narrativa de Gunn se muestra una historia alegremente grotesca, más allá de la raya de lo vicioso y lo interesante, tomando a los personajes en un viaje de acción y comedia que hacía falta en el catálogo del universo cinematográfico de DC.

Al iniciar el recorrido frente a la gran pantalla, conocemos la trama inicial que encierra Waller en sus carpetas. Ahora dirige un plan llamado Task Force X, manteniéndose a la cabeza del Escuadrón suicida, un grupo de villanos que se dirige a salvar al mundo con chips insertados en su nuca. “Si no obedeces, boom; si te sales de la misión; boom” es el tipo de liderazgo que vemos a Waller implementar. Junto a ella, su coronel Rick Flag se presenta nuevamente para mantener el orden entre los villanos, unirse a ellos en el combate y representar un rol de autoridad (parcial) en la cinta, además de un toque de carisma que no se apreció del todo en su antiguo romance con Enchantress (Cara Delevingne).

A este personaje se suman el capitán Boomerang (Jai Courtney), la siempre descarrilada Harley Quinn (Margot Robbie), T.D.K (Nathan Fillion), Javelin (Flula Borg) y el demonio del desastre llamado Weasel (Sean Gunn).

Esta mezcla de personalidades y estilos de hacer el mal destacan en su trabajo, que consiste en ir a destruir una prisión de la era nazi donde un alienígena está siendo creado y refugiado; naturalmente la cinta toma forma a partir de este momento.

El caos es el centro de esta toma del Escuadrón suicida, lo cual representa la capacidad de Gunn de crear ambientes caóticos sin dejar que sus personajes desaparezcan en el ruido de las peleas, explosiones y demás recursos visuales, algo que fue muy notorio en la versión de Ayer (2016) y que Gunn ha sabido evitar. La violencia dentro de El escuadrón suicida es casi inexplicable, moviéndose de forma tan rápida que pudiera ser considerada una montaña rusa sin frenos, pero con la calibración correcta para mantener al espectador al borde del asiento.

La clasificación R de la cinta permitió a Gunn saltarse el margen del nivel de adultez que podría representar en la película, dejando a cintas como Deadpool en un nivel menor, pero obteniendo lo que buscaba: interés y entretenimiento.

El escuadrón suicida puede ser tal vez la cinta que Marvel jamás haría, pero que DC desesperadamente necesitaba en el área de los anti-héroes y villanos.

Aún así, la versión de Gunn no es perfecta, utiliza los cimientos de una fórmula de estallidos y explosiones sin sentido para engrandecer el nivel de peligro que encarnan los personajes más allá de lo que realmente poseen. Con ciertas escenas como ejemplo de lo repetitivo que puede llegar a ser una trama de héroes y villanos, Gunn detecta su fragilidad a tiempo, antes de que se convierta en una espiral de óxido con escenas recicladas, lo cual también debe ser admirado de su capacidad como cineasta en esta cinta.

Lo que más deja ver el lente de Gunn es su intrincado interés por el underdog (o el menos apreciado), aquel personaje que parece no ser mucho, pero que con una oportunidad y guía puede resultar ser un héroe impresionante.

Puede ser el 'Polka-Dot-Man' o el mapache Rocket (convertido en un guardián de la galaxia); son el mismo reflejo para Gunn, lo que hace a El escuadrón suicida poseer ese corazón que caracteriza a las mejores cintas de acción y comedia.

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