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Maruja Herrera: 'Con la danza se explora el alma humana'
- 16/10/2018 02:10
- 16/10/2018 02:10
A temprana edad ingresa al Ballet Nacional de Panamá formando parte del elenco como cuerpo de baile; rápidamente fue promovida como primera solista, hasta ocupar el cargo de primera bailarina. Sí, hablamos de María Eugenia ‘Maruja' Herrera, quien posee una larga trayectoria en la danza nacional, campo que le abrió las puertas para desempeñarse como directora del Ballet Nacional de Panamá (2003-2007), periodo en el produjo una serie de galas, como ‘La Fille Mal Gardée', ‘Don Quijote' y ‘El Lago de los Cisnes'. Más tarde funge como directora del Instituto Nacional de Cultura de Panamá (INAC) (2009-2014), entidad de la que dice aprendió a tener paciencia, tolerancia y a entender que el Estado no lo puede hacer todo y que cada persona debe aportar también para que juntos se pueda construir un mejor país. En esta entrevista con ‘MIA Voces Activas', Herrera hace énfasis en por qué es importante integrar la cultura a las aulas de clases (en la juventud actual), ya que ‘un país sin cultura es un país pobre, pero no de plata, sino de pensamiento', afirma.
¿QUÉ LEGADO DEJÓ MARUJA HERRERA COMO DIRECTORA DEL BALLET NACIONAL?
Yo creo que marqué un estilo. Primero, de conducta, disciplina, trabajo y, sobre todo, para generar los grandes ballets, ayudar a la composición de toda la compañía. Creo que lo más importante no solamente fue el estilo de la danza, porque era muy duro aquel tiempo cuando tomé la compañía, ya que éramos ocho personas de planta y cuando me fui llegamos a 23 miembros. Después llegó la parte más difícil, que fue cuando renuncié en 2007. Pero el destino me dice que hice lo correcto y, hoy por hoy, la compañía marcha bien. Me siento contenta de que ayudé a abrir un camino para bien.
Y COMO DIRECTORA DEL INAC, ¿CUÁL FUE SU MEJOR EXPERIENCIA?
Aprendí a tener paciencia, tolerancia y a entender que el Estado no lo puede hacer todo, que nosotros como panameños tenemos que hacer nuestro esfuerzo para que este país avance. Me quedó claro que una ‘golondrina no hace verano'. Lo que aprendí es que nos toca seguir arando para las futuras generaciones, para poderles brindar una mejor opción, porque no es fácil; así que me encantó la experiencia.
¿UN PAÍS SIN CULTURA NO EVOLUCIONA?
¡Claro que no evoluciona! Seríamos un país pobre, pero no de plata, sino de pensamiento, porque la danza, el arte, la música, el teatro, eleva los niveles de conciencia y de autoestima, y al elevar la autoestima, genera felicidad.
¿QUÉ LE HACE FALTA A LA EDUCACIÓN EN PANAMÁ?
Cultura. Todo el mundo habla de la concertación para la educación, pero yo no he escuchado que se hable de cultura y educación. Recordemos que el capítulo cuarto de la Constitución establece la cultura como un derecho ciudadano. A los niños y a los jóvenes no solamente hay que nutrirlos de la parte académica, sino de la parte artística o deportiva también. Entendemos que el país requiere de muchas cosas (seguridad, educación, salud...), pero los temas culturales también son muy importantes, porque no es nada más bailar ballet, va más allá. El ballet es una herramienta bien interesante para el desarrollo de un país porque genera disciplina, compromiso, determinación, paciencia y aprendes a ser feliz.
¿ES LA DANZA UN MEDIO PARA EXPLORAR EL ALMA HUMANA?
¡Por supuesto! Ya sea la danza contemporánea, clásica o folclórica, porque todo tipo de danza es expresión humana.
¿CÓMO ES UN DÍA CON MARUJA HERRERA?
Lo primero que hago es tomar una taza de café en la mañana, luego hago ejercicios para después empezar con mis labores diarias. Cuando bailaba, entraba al gimnasio a las 5:30 de la mañana y salía a las 7:30, y a las 8:20 estaba en el Ballet Nacional esperando la clase. Mi rutina de ensayo iniciaba a las 10:00, hasta la 1:30 de la tarde, de ahí me iba a dictar clases en una academia de danza.
¿EL BALLET ES SOLO PARA MUJERES?
La danza comienza con hombres desde la época de Luis XIV. Por lo tanto, sería incómodo hablar de que el hombre no es aceptado, dado que Panamá quiere ser un país cosmopolita, que quiere competir con el mundo moderno... Las bailarinas necesitamos de los varones. Sin el fenómeno del hombre y la mujer no somos nada en esta humanidad. Hay que respetar los ideales de cada uno.
¿RECUERDAS A ALGÚN PERSONAJE CON ESPECIAL CARIÑO EN LA ETAPA CLÁSICA?
YO BAILO PORQUE AMO BAILAR Y ESO ME HACE FELIZ. SI HABLAMOS DE RECONOCIMIENTO, ME QUEDO CON EL APLAUSO DEL PÚBLICO QUE ME VIO TODOS ESTOS AÑOS EN EL ESCENARIO'.
Por supuesto, todos me gustaron. Amé bailar ‘Giselle'. Esta danza fue lo que me permitió comprender que esta es mi misión, mi compromiso y mi propósito como bailarina; entendí que soy bailarina y no voy a ir en contra de lo que yo misma decidí hace muchos años. El proceso de desarrollo humano que pude vivir con ‘Giselle' fue realmente extraordinario y voy a estar eternamente agradecida con la vida por haberme permitido vivir esos momentos tan especiales. Luego de ‘Giselle', bailé ‘La Bella Durmiente', ‘Don Quijote', ‘Copelia', ‘Espartaco'... Guardo con mucho cariño todo lo que bailé, no solo la parte clásica, sino también la neoclásica y contemporánea. Cuando estoy en el salón de baile, me pones la música y la sonrisa me sale sola.
¿QUÉ ES LO MÁS DIFÍCIL DE SER BAILARINA?
No te lo podría decir. Para mí ha sido un honor y un placer. Creo que lo más difícil es conocerse una misma como persona, porque te enfrentas a ti misma todos los días. Y si ese día no te fue bien, toma como reto personal ser mejor el día siguiente; pero sin estresarse, sino como un proceso de superación porque todos somos seres humanos creativos que evolucionamos. Con un poquito de determinación y paciencia, se logra aquello que uno cree que no se puede. A los jóvenes de hoy les dejo ese mensaje: que no se frustren, que el mañana será un mejor día, porque la práctica trae la confianza y luego, experiencia.
¿CON QUÉ ARTISTA CLÁSICO TE QUEDAS?
Me quedo con Margot Fonteyn, es mi ícono más importante. Le sigue Alicia Alonso y Marianela Núñez.