La ciudad de agua de Gubei, un destino internacional de turismo de ocio

Actualizado
  • 19/08/2023 00:00
Creado
  • 19/08/2023 00:00
El pueblo fue reconstruido con una inversión total de 4.547 millones de RMB (renminbi chino) o $623.5 millones, con el propósito de conservar las culturas y las tradiciones no solo para la historia, sino para el entrenamiento de los turistas
La Gran Muralla de Simatai se encuentra en el sureste del pueblo.

En el suburbio noreste de Beijing, en el distrito de Miyun, en las faldas de la Gran Muralla de Simatai, rodeado de paisajes montañosos y del hermoso embalse del lago del Pato Mandarín, se encuentra el pueblo de agua de Gubei, cuya historia se remonta a más de 400 años.

En sus orígenes este pueblo jugó un papel crucial en la protección de las fronteras del norte de China, y hoy es testimonio de la rica herencia, la cultura y las tradiciones arquitectónicas chinas con características únicas.

Al caminar por el lugar nos encontramos con un pueblo pintoresco conformado por una hilera de casas antiguas y fábricas tradicionales chinas, rodeadas por jardines floridos, calles pavimentadas con piedras de cuarcita, hutongs (callejones) largos y un verde follaje de árboles y enredaderas que caen como cascada sobre los muros y los puentes que recrean la arquitectura de la vieja ciudad.

Los cauces de los ríos están dispersos por todas las aldeas.

Este es un sitio turístico con una mezcla de estilos del norte y del sur de China, reconstruido con detalles muy particulares y definidos con base en cinco aldeas naturales del antiguo Gubei.

Recorrer los hutongs y adentrarse en los rincones de cada una de las aldeas, con el susurrar del viento, de los árboles y el agua de los pequeños arroyos que lo envuelven, nos traslada en el tiempo.

Los cauces de los ríos están dispersos por todas las aldeas y sus corrientes van a la par de las largas callejuelas, mientras que los peces juguetean con la vegetación de los acuíferos.

Gubei Water Town se encuentra a unas 89 millas (143 km) al noreste del centro de Beijing.

Y es que el pueblo se construyó alrededor de una red de canales y un lago artificial, en cuyos espejos de agua se reflejan las siluetas de las estructuras antiguas que el tiempo parece no tocar. ¡Es mágico! Provoca una sensación de tranquilidad y encanto a los visitantes.

El pueblo de agua de Gubei es una exitosa experiencia de Miyun en el impulso de la revitalización rural con el desarrollo de la industria del turismo especial y la construcción de un destino internacional de turismo de ocio.

“Su propósito es heredar las culturas, las tradiciones y las historias, y a diferencia del Palacio Prohibido, por este lugar se aglutinaron los reales, los chinos antiguos con los modernos, y se ha convertido no solo para la historia, sino para el entrenamiento de los turistas”, dijo Mahuan, la guía que nos acompañó en la travesía por este lugar.

Gubei tiene adoquines, escalones y puentes arqueados que adornan el lugar.

Pero, ¿qué pasó con sus habitantes? Según explicó Mahuan, las autoridades derribaron la aldea original y reubicaron a sus habitantes, unas 1.400 personas, en apartamentos con mejores condiciones de vida. “En aquel entonces no había tantas casas ni con tan modernas condiciones. Su propósito era llevar a los pueblos y a los residentes de esta zona a una vida mejor y con mejores condiciones”, dijo Mahuan.

Según datos proporcionados, el proyecto de la “ciudad de agua de Gubei” se hizo con una inversión total de 4537.58 millones de RMB [renminbi chino] o $623.5 millones, y su finalización se ha convertido en un nuevo punto culminante del turismo suburbano de Beijing, impulsando de forma integral el desarrollo del turismo rural en las ciudades y pueblos de los alrededores.

La ciudad tiene una superficie total de nueve kilómetros cuadrados y 450.000 metros cuadrados, incluyendo dos hoteles cinco estrellas, ocho hoteles temáticos, diez zonas de exhibición y actuación folclórica y 400 alojamientos característicos.

Gubei cuenta con un pueblo pintoresco formado por una hilera de casas antiguas.

Contemplar la puerta del cielo sur por la que entraban los emperadores de la dinastía Qing para descansar de los largos viajes de otras provincias (salían por el norte), admirar los rituales que se hacían en aquellos tiempos para el matrimonio de los emperadores (demoraban tres días con estos rituales hasta la noche de bodas), o tener hijos (se colocaban cacahuates/ maní con la buena fe de que un bebé llegara pronto) o sacar la mala suerte y las energías negativas (sacar los polvos) son parte de las costumbres que se recrean en esta mágica ciudad.

Elaborar tu propio aguardiente en la casa de aguardiente Sima; hacer tu propio trabajo de teñido en la casa de tinte Yongshun, tejer el tie-dye a mano en el taller y detenerse frente a la antigua pagoda, son otras de las experiencias que pueden vivir las personas que visiten este lugar. El sitio es visitado principalmente por chinos y coreanos.

Al entrar por los hutongs, en todas las esquinas también hay una diversidad de pequeños comercios donde se puede comer comida china, como la carne de cerdo braseado Miyun, y aperitivos y beber bebidas típicas.

En el lugar puede disfrutar de espectáculos artísticos como artes marciales, bailes y danza acuática.

Pero además puede disfrutar espectáculos artísticos, tales como: artes marciales, bailes, danza acuática, música, ópera, castillos de fuego o conocer acerca de varias culturas tradicionales chinas, entre otros. Todo esto contribuye al desarrollo económico de la región.

Con energía puede escalar la Gran Muralla de Simatai –incluida en la lista Patrimonio Mundial en 1987– o pasar la noche en Gubei bajo la luna y la magia nocturna de los puentes que invitan a soñar.

Y para finalizar, los pozos de aguas termales naturales le esperan en la plaza para sumergir los pies y liberarlos del cansancio ¡Muy beneficioso para la salud!

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