Las inundaciones del 3 de noviembre impactan patrimonio histórico en Portobelo

  • 07/11/2025 13:56
Los efectos del cambio abrupto del clima suponen un reto para conservar los monumentos nacionales considerados Patrimonio de la Humanidad

Las inundaciones registradas el pasado 3 de noviembre en la región de Portobelo, provincia de Colón, también causaron estragos en el Fuerte de San Jerónimo, un monumento que forma parte del conjunto de fortificaciones de la costa caribeña de Panamá, declarado Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

La directora nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura (MiCultura), Yamileth Stanziola, aseguró en conversación con La Estrella de Panamá que el único daño tangible presente en la estructura del Fuerte de San Jerónimo es la caída del muro lateral que da a la desembocadura de las quebradas, las cuales desembocan en el mar Caribe.

“Esto se da por la forma en que el agua entra a la fortificación. A diferencia de los otros fuertes que forman parte del complejo militar de Portobelo, el Fuerte de San Jerónimo tiene la mayoría de su superficie sobre el mar, en la entrada de la bahía”, explicó.

Stanziola señaló que, debido a estas características, el monumento se ve afectado por la erosión causada por la sedimentación de la bahía, provocada a su vez por los efectos del cambio climático.

Siendo esta la segunda inundación del año en el área, el reciente episodio ha sido el más importante, ya que coincidió con un periodo de precipitación pluvial constante y un episodio de mareas altas.

“El agua entra y, una vez que la marea baja, sale sin causar mayores efectos más allá de saturar el suelo del complejo. Sin embargo, existe una situación de mayor vulnerabilidad”, advirtió la funcionaria.

Según Stanziola, el Gobierno Nacional ha destinado una inversión de $69 millones de dólares para la rehabilitación, consolidación y puesta en valor de los monumentos históricos de la región. Este plan no solo incluye al Fuerte de San Jerónimo, sino también a los fuertes de Santiago de La Gloria, San Fernando y San Fernandito, así como a la iglesia de San Felipe, la capilla de San Juan de Dios y otras estructuras históricas de Portobelo.

La directora recalcó que, en febrero pasado, ya se realizaron estudios de hidrología, batimetría, arqueología, oceanografía y de suelo con el fin de identificar los niveles de marea y su impacto en la base del fuerte. Estos estudios servirán de base para diseñar y rehabilitar el muro que rodea el monumento, además de fortalecer los cimientos de la fortificación.

Actualmente, el proyecto se encuentra en la fase de diseño de la propuesta arquitectónica para consolidar el área del muro que colapsó hace algunos años. Solo falta la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental por parte del Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) para proceder con la ejecución física de las obras de rehabilitación.

Mientras tanto, en el fuerte se mantienen equipos técnicos de MiCultura, del Patronato de Portobelo y San Lorenzo, y del contratista de la obra, encargados de monitorear cualquier evento que se produzca en el área.

Un compromiso con el patrimonio

En cuanto a la conservación de los monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad, Stanziola recordó que Panamá, junto con otros 17 países, firmó una declaración en favor de la puesta en valor del patrimonio cultural del Caribe afectado por el cambio climático, durante la más reciente reunión de Mondiacult 2025, celebrada en España, en el mes de septiembre.

Panamá ha sido un país responsable. En el área de Portobelo hemos realizado estudios sobre el riesgo y la vulnerabilidad de las laderas, cauces, quebradas y ríos, para aplicar medidas oportunas de canalización. En ese sentido, contamos con el apoyo del Ministerio de Obras Públicas y de MiAmbiente para reducir el cauce y la velocidad del agua cuando coinciden las mareas altas y las lluvias intensas”, puntualizó.

Asimismo, indicó que se mantienen planes y estudios de evaluación de riesgos en monumentos históricos como el Fuerte de San Lorenzo, cuya primera etapa de rehabilitación —centrada en la consolidación de taludes y laderas— ya ha concluido. La segunda fase está prevista para la temporada seca, cuando las condiciones climáticas sean favorables.

Un contexto diferente

La directora de Patrimonio Histórico de MiCultura alertó que este año ha llovido más de lo habitual en esa zona del país, lo que ha provocado inundaciones que afectan tanto a viviendas como a monumentos históricos, entre otras propiedades.

“Es evidente que, frente al cambio climático, debemos tomar mayor conciencia y generar medidas no solo desde MiCultura en materia de conservación patrimonial, sino también desde la comunidad en general, para salvaguardar nuestras vidas y las de quienes nos rodean”, exhortó Stanziola.

El reto para los próximos años será proteger los monumentos históricos —algunos con siglos de antigüedad— ante el nuevo panorama climático que se avecina.

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