Una cena con vinos de altura

Actualizado
  • 09/04/2017 02:00
Creado
  • 09/04/2017 02:00
El broche de oro para la feria denominada Vinos de Altura, organizada por el Trump International Hotel y Escuela de Sibaritas fue una cena en la que la prensa gastronómica 

Uno de los semi privados del restaurante Tejas del Trump International Hotel esperaba con 10 puestos cargados de reluciente cristalería.

Las convocadas (todas féminas) fuimos ocupando los espacios, dispuestas a tentar nuestros sentidos con sensaciones nuevas. La cena estaba a punto de servirse.

Los sommeliers Ángel Durán y Maxiel Figueroa, de Escuela de Sibaritas hicieron una corta introducción y agradecieron el apoyo de los medios.

La presentación de los vinos estuvo a cargo del sommelier del Trump Hotel, Gabriel Molina y el chef Sebastián Guadamuz estuvo a cargo de la cena.

La noche se inició con Elyssia, cava de la casa Freixenet, elaborada con una mezcla de uvas chardonnay, macabeo, parellada y un toque de pinot noir, con una fermentación de 18 meses en botella. Como resultado, notas tostadas, que nos recuerdan a panificación que le dan una intensidad y una untuosidad bastante particular.

‘SE INICIÓ CON ELYSSIA, CAVA DE FREIXENET, ELABORADA CON UVAS CHARDONNAY, MACABEO, PARELLADA Y UN TOQUE DE PINOT NOIR

La cava acompañó al primer plato de la noche, un tartar de atún con salsa de guacamole, mango y cebolla encurtida rúcula y sésamo. ‘No podíamos usar un cava ligero porque se trata de un pescado azul', dice el sommelier. Por ello, este espumoso con cierta intensidad.

La cena continuó con una corvina a la plancha sobre una cama de risotto de azafrán, pesto de chorizo tableño y espárragos. Se engalana la corvina con sabores más intensos y para ello, el maridaje se hizo con un rioja blanco de la bodega Martínez Lacuesta, 100% viura (macabeo) del año 2015, fermentado (no añejado) en barrica.

Es un vino de color amarillo-verdoso, con aromas sutiles a roble, pero con la frescura de las frutas frescas. ‘La fermentación en barrica le otorga color, untuosidad y presencia aromática, pero sin robarle su frescura', dice Molina.

La velada siguió con un short rib, cocido por 6 horas y glaseado con una salsa de uvas pasas y acompañado por un puré y vegetales a la mantequilla.

El mejor acompañamiento para esta carne, Caballo Loco de Apalta, de Bodegas Valdivieso. Un vino muy complejo, incluso en su elaboración con uvas carmenére y cabernet Sauvignon utilizando el método solera, lo que no le otorga añada y le deja notas a fruta negra y toques especiados, taninos sedosos y elegantes.

Para terminar la noche, el postre, un bizcocho genovés con mousse de apricot y sorbete de maracuyá se acompañó con un Oporto Tawny de la bodega Osborne, añejado por 10 años. El vino es elaborado con uvas touriga nacional, touriga francesa, tinta roriz, tinta amarela y tinta barroca. Excelente forma de terminar una comida memorable.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus