Lan Thorne, la travesía de un chef cosmopolita que aterriza en Panamá

Actualizado
  • 01/09/2022 00:00
Creado
  • 01/09/2022 00:00
Tras una estadía de 6 años en el Medio Oriente, el chef peruano Lan Thorne suma sabores, olores y matices a su equipaje gastronómico, esta vez, desde nuestra capital. Está listo para las demandas locales; hoy asume el reto y nos cuenta la experiencia
Lan Thorne, además de chef, se define como “un viajero con gratitud”.

Mi primer encuentro con el chef Lan Thorne fue hace poco más de un año, a través de la pantalla de mi móvil y un like. Me había fascinado la historia de aquel chef peruano que apostaba por la cocina nikkei en el Medio Oriente; lo suficientemente distante de su natal Perú y lo bastante exótico como para cargar su equipaje, de toda la experticia que hoy lo trae a la ciudad Panamá.

Desde aquel primer guiño mutuo –en social media–, planificamos nuestra plática cara a cara en los espacios de Noa Nikkei (actualmente en soft opening), un proyecto que lidera como chef ejecutivo, y que abordaremos en una próxima entrega.

Luego de su paso por capitales como Buenos Aires y El Cairo, y de transitar en Los Emiratos Árabes, Lan se ha propuesto marcar –desde la cocina fusión– lo que una vida cosmopolita le ha permitido ganar en matices y vivencias.

Este viajero que cree en el poder de sus raíces, se muestra seguro, sonriente y ligero. Con un aire chill out durante nuestra conversación, y cuidando cada detalle del menú que nos acompañó, recuerda que lideró el primer restaurante de cocina nikkei en Egipto, un concepto que resume el mestizaje entre elementos peruanos y japoneses, de los que Lan, como buen descendiente, habla con orgullo.

Durante una amena visita en la que finalmente logramos coincidir fuera de la virtualidad, Lan Thorne comparte sus experiencias dentro y fuera de Perú.

“Mi primer coqueteo gastronómico fue con la comida nikkei. Al ser asiático, lo primero que jala es trabajar en ese tipo de renglón. Durante los estudios, mi profesor me invitó a trabajar en su restaurante y de ahí no paré; tenía unos 22 años”, recuerda.

Este camino lo llevaría hasta Buenos Aires y luego a probar suerte en Los Emiratos Árabes; “como cocinero, tenía ansias de viajar; y se fueron dando las cosas”, afirma entre risas.

En los Emiratos Árabes, Lan fluyó con los ajíes, los procesos y las técnicas adquiridas en Perú. “El hecho de llevarte algo tan simple como una leche de tigre, o la base para un ceviche, y aplicarla en otras salsas, rompió los esquemas. En ese tiempo, hacia el año 2011 o 2012 era algo nuevo probar ceviches allá y de esta manera fui afianzándome en un mercado virgen”.

En este período, la conexión con el Consulado de Perú en los Emiratos y “la movida gastronómica de parte de la embajada” eran consistentes, lo que permitió, junto con un cambio de visión en el restaurante en el que Lan operaba, la apertura a un nuevo mercado. “Poco a poco se fue asentando la carta, de japonesa a nikkei, ganando terreno en un contexto que era originalmente nativo y tradicional”.

Con una visión amplia del mundo gastronómico, el chef Lan se asienta en Panamá que recibe la propuesta de Noa Nikkei.

Aún con las grandes distancias socioculturales entre Perú y los Emiratos Árabes, un territorio desértico a excepción de las ciudades, los oasis, las zonas montañosas y los proyectos de forestación, para Lan no fue un problema adaptarse. “La comunidad latina e hispana es los Emiratos Árabes es muy grande. Tenía amigos mexicanos y españoles; el cambio no fue tan drástico. Emiratos es muy cambiante por su gente, porque la mayoría es expatriada, y con ello las personas van y vienen. Cuando te das cuenta de ello, debes volver a algo que tenga más folclore e idiosincrasia, y que muestre quién eres, el alma del país, de la gente que te rodea”.

Sobre la experiencia posterior en Egipto, Lan comparte que decidió asumir el reto de abrir un restaurante de comida latina, consciente de “los riesgos”. “Luego surgió el de comida nikkei y otros proyectos; al final fueron 5 en el país”.

“Transcurrieron 6 años en los que aprendí mucho. La cultura árabe es hospitalaria, su gente muy alegre y divertida; si bien con ciertas restricciones, son como tú y como yo, únicamente con costumbres distintas que hay que respetar, ya que sin el respeto, hay una utopía”.

De vuelta a Latinoamérica

Actualmente establecido en Panamá, Lan Thorne mira entusiasta la acogida de los proyectos gastronómicos que dirige. “Llegué al país como chef corporativo para manejar una línea de restaurantes. Y me gustó asumir el proyecto. Además, volver a la región ha sido una conexión con la onda latina y la oportunidad de conocer otro enfoque profesional”.

Emocionado por compartir el mestizaje de sabores entre Japón y Perú, Lan cuenta que, en esencia, su propuesta como chef “es una comida cálida con mucho sentimiento. Se trata de comida responsable y sustentable; a la vez contemporánea”, y reafirma que “Perú huele y sabe a ajíes, a la cancha, a cereales andinos y aderezos que marcan bastante una cocina peruana”.

Como todo un millennial, Lan valora el poder de las redes sociales, una herramienta que bien ha sabido utilizar para compartir su trabajo y pasiones. La misma que nos trajo a esta agradable cita. “Agradezco a las redes sociales porque sin ir a Perú o Miami puedes tener una experiencia en Dubai o Egipto. Hacer que personas de otros países vayan a innovar, cocinar y descubrir sabores en tierras lejanas permite que la onda gastronómica se vuelva más pluricultural”.

Aunque su recorrido internacional ha enriquecido su visión sobre la gastronomía, defiende con más fuerza el regalo “personal” que esta posibilidad de ser un chef viajero le ha dado. “Al final, uno es la gente que conoce o quien ha compartido algo. Con el hecho de ver cocinas tan exóticas como la árabe –que en mi vida pensaba ver–, arrastras esos sabores y quieres llevarlos a nuevos platos. Al final, eres aquellos lugares por los que has pasado”.

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